Un estudio de Bain & Company sobre el sector de las energías renovables muestra que los biocombustibles deben desempeñar un papel relevante en la transición energética global. La producción de combustibles a partir de caña de azúcar, soja, grasa animal, nuevos cultivos energéticos y residuos tiene un gran potencial para convertirse, junto a las baterías y el hidrógeno, en una de las mejores alternativas de adopción de fuentes de energía renovables para el sector del transporte.
Según el estudio, se espera que este mercado crezca cinco veces de aquí a 2050, impulsado por el consumo de diésel renovable y combustible de aviación sostenible (SAF), con un aumento progresivo de la demanda, principalmente en Estados Unidos y la Unión Europea (UE). , geografías que ya cuentan con regulaciones que fomentan y permiten la producción de combustibles renovables.
La encuesta mostró que esto también ha contribuido a que otros países comiencen a avanzar en esta dirección. Brasil es uno de estos ejemplos. Según Bain, hay una aceleración de las inversiones en el país, lo que ha provocado una avalancha de asociaciones y empresas conjuntas (JV), fenómeno que se observa más rápidamente en mercados más desarrollados, como Estados Unidos.
El análisis de Bain predice que, para 2030, la capacidad de producción podría alcanzar un volumen al menos seis veces mayor que el actual. Esto se debe a que, según la consultora, más de 120 proyectos en el sector ya han sido anunciados y hoy están en marcha o en fase de planificación. El estudio también prevé que, del total de insumos producidos para biocombustibles, alrededor del 50% será suministrado por Brasil, Estados Unidos y los países del sudeste asiático, que desempeñarán un papel aún más crítico en este mercado en el largo plazo.
Según el estudio, Brasil tiene importantes ventajas para consolidarse como líder mundial en el sector. La abundancia de tierra cultivable, la alta productividad de la agroindustria y la extensa infraestructura de distribución constituyen factores clave que impulsan el potencial de Brasil. Además, el país cuenta con un importante volumen de tierras degradadas que podrían aprovecharse para el cultivo de cultivos con alto potencial energético como macaúba, palma, ricino, entre otros.
Carbón
Según el estudio de Bain, los factores de intensidad de carbono varían significativamente, impulsados principalmente por el cambio de uso de la tierra (en este caso, las tierras deforestadas tienen una alta intensidad de carbono), el impacto agrícola (función principalmente del cultivo, los insumos, el tratamiento agrícola y la productividad) y el combustible renovable. proceso de producción (impactado por las materias primas, insumos, fuente de energía y tecnología utilizada).
El principal factor de éxito para la producción de biocombustibles será el acceso a materias primas abundantes, de bajo costo y con una baja huella de carbono. Sin embargo, dado el crecimiento esperado de la demanda de biocombustibles, existe el riesgo de limitaciones en el suministro de materias primas en el mediano plazo, lo que podría presionar los precios.
Se espera que EE.UU., la UE y otras naciones desarrolladas aumenten sus importaciones de materias primas para biocombustibles, mientras que se espera que Brasil, los países del Sudeste Asiático y África aumenten su relevancia como exportadores. Por otro lado, hay algunos puntos que podrían crear obstáculos en la escalada de la transición energética a través de este modelo. Uno de ellos es la competencia entre la producción de biocombustibles y la producción de alimentos, que tendrá una demanda creciente y en la que Brasil también deberá jugar un papel global. Actualmente, las materias primas de primera generación, como la soja y la caña de azúcar, representan aproximadamente el 80% del suministro para la producción de biocombustibles.
La expectativa, sin embargo, es que las políticas gubernamentales y los cambios regulatorios favorezcan el uso de materias primas de segunda generación, incluidos residuos, cultivos rotativos y cultivos energéticos plantados en áreas degradadas, que no compiten directamente con la producción de alimentos y tienen una menor huella de carbono. aunque el desarrollo de estas materias primas requiere inversión y, en algunos casos, el coste de producción es mayor.
Sin embargo, las políticas gubernamentales encaminadas a promover el uso de biocombustibles, como incentivos fiscales, créditos, impuestos al carbono, reservas de mercado, entre otras, serán fundamentales para viabilizar las inversiones en el sector, dado que el costo de producir combustibles renovables es más caro. que los combustibles fósiles. Por otro lado, regulaciones ambientales y procesos de certificación más rigurosos serán críticos para asegurar la presencia de Brasil como exportador en este mercado.
Según el sondeo, el país enfrenta una gran oportunidad, pues tiene condiciones favorables para convertirse en un actor clave en el suministro de estos combustibles renovables, aprovechando su vasto territorio, río, experiencia e infraestructura consolidada. Sin embargo, es necesario un marco legal adecuado para promover el crecimiento sostenible de este sector y garantizar la competitividad brasileña en el mercado internacional.
Fuente: Canal Energia