“Pensar que Petro-Perú será privatizada en el corto plazo no es realista”.

Lo primero que debemos hacer es tomar conciencia de que tenemos un gran problema con Petro-Perú. Es importante que tanto dentro como fuera de la empresa los peruanos se den cuenta de que la situación actual no puede ir a más y que es urgente corregirla. Y comienzo por esto, que parece obvio, porque dentro de la empresa la mayoría no es consciente del enorme costo que implica gestionar Petro-Perú con el gobierno corporativo existente y la falta de transparencia que de ello se deriva. La dirección se guía por sus intereses a corto plazo y no por las necesidades de todos nosotros, los verdaderos accionistas de la empresa, ante quienes deberían rendir cuentas, pero ante quienes ignoran por completo.

Fuera de la empresa, la mayoría de los peruanos no son conscientes de que la calidad de los servicios de salud y seguridad ciudadana es deficiente debido, entre otras razones, a la inadecuada asignación de recursos gubernamentales. Estado: En lugar de destinar recursos fiscales escasos a mejorar la calidad de vida de los peruanos, los destinamos a emprendimientos empresariales -como la refinería de Talara- gestionados por gestores públicos que no responden a nuestros intereses, sino a los de ellos. Resulta increíble comprobar que un alto porcentaje de la población (más de un tercio) quisiera ver una mayor actividad empresarial estatal a pesar de que ésta ha fracasado reiteradamente en las últimas décadas.

Tomar conciencia del coste que implica Petro-Perú Para los peruanos es el primer paso para poder cambiar su estructura actual. Petro-Perú Nos cuesta mucho y nos da poco retorno. Desmitifiquemos el tema. Poder privatizar la empresa en las circunstancias actuales? Difícilmente. El valor de la empresa es cero o negativo (incluso después de la capitalización del año pasado). ¿Qué vamos a vender? Nada. Tenemos que pagar para quitárnoslo. Algunos han propuesto que el fisco se quede con la deuda de la empresa y luego la venda, una forma encubierta de pagar para quitársela. Estoy seguro de que el costo de hacer esto es menor que el de que la empresa continúe operando como lo ha estado haciendo. ¿Pero es posible?

A corto plazo no es realista. Lo que hay que hacer es optar por lo “segundo mejor”: apuntar a incorporar capital y gestión privada en el corto plazo, diseñando los mecanismos legales y corporativos que lo hagan viable de forma transparente y blindar a la empresa de injerencias políticas. Mientras tanto, exigir transparencia, que la junta directiva de la empresa sea responsable de cómo se gastan los recursos que la empresa Estado canalizado a Petro-Perú y explica por qué hoy pides más. También deberá hacer públicos los resultados del estudio que se vio obligado a contratar para reestructurar la empresa y mejorar su gobierno corporativo. Que nos informen sobre los avances en la implementación de las recomendaciones. Es hora de hacer las cosas transparentes y rendir cuentas.

Privaticemos Petro-Perú Alejandro Cavero Alva “La iniciativa busca otorgarle a Petro-Perú la capacidad de emitir acciones en el mercado de valores sin restricciones”.

En la historia reciente, la experiencia del país con las empresas públicas ha sido traumática y hasta hoy no parece llegar a su fin. Queda un gran lastre de aquellos tiempos aciagos de nuestra historia llamados Petro-Perú. La aventura del Estado emprendedor debe tener un freno definitivo, por eso he presentado un proyecto de ley que autoriza la privatización de la entidad.

La iniciativa busca otorgar Petro-Perú la capacidad de emitir acciones en el mercado de valores sin restricciones que permitan la inyección de capital privado en su accionariado. A su vez, esto traerá consigo un fortalecimiento de la capacidad gerencial y operativa, además de la adopción de buenas prácticas de gobierno corporativo que tanto faltan en la actualidad.

En 2023, entre préstamos, avales y aportaciones de capital, Petro-Perú Quiere que le demos 3.200 millones de dólares. Este aporte de capital por sí solo equivale a más de cinco veces la Pensión 65 o casi tres veces el presupuesto del programa Qali Warma.

En el ámbito privado nadie cuida mejor una empresa que sus propios inversionistas y dueños, quienes han invertido millones de soles en ella. Pero cuando algo es público, en realidad no pertenece a nadie. Y cómo Petro-Perú Es de “todos los peruanos” –y sus pérdidas se diluyen entre todos nuestros bolsillos–, quienes están a cargo de gestionarlo no tienen incentivos para desempeñarse bien.

Por lo tanto, como paso esencial para mejorar la gestión de Petro-Perú, propongo crear una comisión de revisión técnica con expertos de diversas instituciones encargadas de evaluar exhaustivamente a la empresa con un informe final. Sus recomendaciones, junto con esta revisión holística de la gestión de la empresa, serán fundamentales para hacer Petro-Perú ser más atractivos para los flujos de inversión privados y competitivos en el mercado de valores.

Actualmente, la norma que rige a la estatal establece un límite de hasta el 49% para los ingresos de inversión privada. Con razón, el porcentaje de participación privada es igual a 0. ¿Quién en su sano juicio invertiría en las condiciones actuales? La iniciativa presentada lo que hace es eliminar esa barrera para que Petro-Perú puede vender acciones hasta obtener una participación privada mayoritaria.

En resumen, la privatización de Petro-Perú representa una oportunidad crucial para liberar recursos peruanos y revitalizar la industria de hidrocarburos. La actual situación financiera de la compañía requiere medidas audaces –históricamente postergadas– y una profunda revisión de su estructura organizativa. La inyección de capital privado y la mejora de su gobierno corporativo son esenciales. De ahora en adelante, el debate debe centrarse en el costo de oportunidad que soport.

Fuente: El Comercio