Sin embargo, considera necesario verificar la integridad de la infraestructura de importación, que el gas llegue a Colombia con la calidad que se requiere y que se pueda adquirir de forma confiable, a través de contratos. Y es que, según Naturgás, se requieren millonarias inversiones para readecuar la infraestructura existente y traer gas natural del vecino país, un combustible que actualmente no cumple con los requisitos ambientales y técnicos necesarios para importarlo.
"Todas las opciones y alternativas deben estar sobre la mesa porque debemos garantizar el gas natural en la matriz energética de los colombianos, tanto con recursos internos para tener nuestro autoabastecimiento como las posibilidades de seguir importando gas", expresó el presidente de Promigás.
Pero no solo se debe contemplar la importación de gas desde Venezuela, sino desde otras zonas del país. Desde el 2016 está operando la Planta de Regasificación de Cartagena, que tiene una posibilidad de expandirse y aumentar su capacidad de 400 a 450 millones de pies cúbicos en el corto plazo, es decir antes de 2025.
Y para el 2026 se podría expandir a 530 millones de pies cúbicos, si se dan las señales regulatorias adecuadas como, por ejemplo, cómo se va a contratar la energía en firme de las plantas térmicas de la Costa Caribe hacia adelante, señala Juan Manuel Rojas.
Al mismo tiempo, se debería seguir insistiendo, por un tema de confiabilidad del país, en la Planta de Regasificación del Pacífico en Buenaventura, pues hace unos días la Upme declaró desierta la convocatoria porque la única oferta que se recibió no era viable.
"Tenemos que mejorar las condiciones para hacer atractivo el desarrollo de esa planta que le da confiabilidad a todo el sistema del suroccidente colombiano. Si Colombia hubiese tenido esa planta disponible y funcionando en mayo, no hubiésemos tenido el percance con dos millones de usuarios que se quedaron sin gas", señaló el presidente de Promigás.
Pero también es importante seguir desarrollando los recursos que se tienen en el país, tanto en áreas continentales como en áreas costa afuera. En áreas continentales existen posibilidades de seguir explorando en el piedemonte llanero y la cuenca Cesar Ranchería, donde hay recursos disponibles que se pueden convertir en reservas muy pronto.
"Para encontrar gas hay que explorar, nosotros deberíamos estar explorando mucho más gas, dando una señal de muchos más contratos y firmando lo que pudiésemos para desarrollar nuestros recursos internos", dijo.
Se abrió una urgente necesidad de aumentar las reservas de gas natural del país FACEBOOK TWITTER Además, existen yacimientos costa afuera que tienen recursos de gas natural que se estiman en más de 30 terapiés cúbicos, que podrían multiplicar por 10 veces las reservas probadas que tiene actualmente el país.
Esto se suma a que los descubrimientos que se han reportado en costa afuera como Kronos, Gorgon, Uchuva y Orca deben ser desarrollados a la brevedad para aumentar las reservas probadas.
El presidente de Promigás también manifestó que con el informe de reservas que se publicó en mayo "se abrió una urgente necesidad de aumentar las reservas de gas natural del país", ya que al cierre del 2022 las reservas cayeron a 2.817 gigapiés cúbicos, que alcanzan para sólo 7,2 años de autosuficiencia.
"Este el nivel más bajo que se ha registrado en los últimos 17 años y esto debe servir para prender las alarmas respecto a la necesidad de asegurar un mayor abastecimiento para el país", agregó.
El costo de acabar con el gas natural Una transición desorganizada conlleva a unos escenarios disruptivos de altísimos costos FACEBOOK TWITTER Cálculos de Promigás indican que si se frena la nueva exploración, no se construye nueva infraestructura de importación, se desmantelan las plantas térmicas a gas natural y se reemplazan por parques eólicos con el mismo nivel de confiabilidad y se impulsa la electrificación del consumo de gas natural en los sectores residencial e industrial, el costo total que debería asumir el país sería de 112 billones de pesos, esto equivalen a seis reformas tributarias.
Pero si solo se frena la nueva exploración, el costo que deberían asumir todos los colombianos en dos o tres años sería de 5,14 billones de pesos porque el gas importado es más caro y el valor de la factura de gas natural subiría un 25 por ciento.
"Debe haber una transición energética, pero debe ser justa, ordenada, sostenible, sustentable y, sobre todo, sin impactos negativos sociales sobre los grupos más vulnerables", aseguró Aquiles Mercado, vicepresidente Financiero y Administrativo de Promigás.
Entre tanto, el presidente de Promigás manifestó que "una transición desorganizada conlleva a unos escenarios disruptivos de altísimos costos para nuestra sociedad. El gas natural debe ser una fuente de seguridad y confiabilidad energética para el país y para eso es necesario asegurar que esté disponible en nuestra matriz energética",
Fuente: El Tiempo