Viento en contra. Bolivia necesita invertir, pero el panorama es desfavorable, porque no hay dinero en el mundo para exploración y menos en el país debido a las restricciones
La producción del gas en declinación, el incumplimiento de los compromisos de exportación, el incremento de la importación de combustibles líquidos, menores ingresos por la venta de gas y la ausencia de nuevas inversiones en exploración, marcaron el 2021 del sector hidrocarburífero boliviano. Para los analistas es un año de inflexión y en el que se sinceraron los indicadores del sector, lo que también marca la urgencia de adoptar medidas para atraer inversiones.

Tres analistas coinciden en que la reactivación del sector pasa por generar condiciones adecuadas para la inversión extranjera. El ex ministro de Hidrocarburos, Mauricio Medinaceli, considera urgente tomar acciones que “debieron darse en 2010 o 2011. Hoy queda controlar los daños y sembrar para cosechar en cinco, diez o quince años”, tomando decisiones estructurales.

El economista Mauricio Ríos García califica el 2021 como “un año perdido”, en el que el sector “va de mal en peor”, pues “el mejor momento, ya pasó”. Para el analista Francesco Zaratti, el 2021 fue el del “sinceramiento” en el sector y “la confirmación de que el ciclo del gas está encaminado hacia su fin”, frente a lo cual advierte el riesgo de perder los actuales mercados de exportación, especialmente el de Argentina. Una visión con la que coincide Medinaceli, al recordar que la crisis “se confirmó cuando Bolivia tuvo que pagar una multa a Argentina por incumplimiento en las entregas”.

Fuente: El Deber

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