En el segundo año de la pandemia, el valor de las importaciones de gasolina y diésel casi igualan el ritmo de compras de 2019. Ante la caída en la producción de líquidos, el país recurre al exterior para adquirir estos carburantes y atender el mercado interno.
Expertos advierten que esa tendencia continuará, mientras el país no logre producir mayor cantidad de gas y los líquidos asociados.
Datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), elaborados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), dan cuenta que de enero a mayo de este año las importaciones de gasolina sumaron 179,9 millones de dólares, es decir a un ritmo de 35,9 millones de dólares por mes. Si la tendencia mensual continúa, hasta fin de año se gastarán 431,8 millones de dólares en traer del exterior el combustible.
Fuente Página Siete
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