Estamos hablando de una caída de 79 %, algo que no tiene precedente en la historia venezolana. Desde la llegada de Maduro al poder, el país ha perdido cerca de 750 barriles de producción de petróleo diarios (casi 2,2 millones de bd).
Las razones de ese desplome en la producción petrolera venezolana son varias y van desde un alarmante deterioro institucional, colapso de la infraestructura, falta de capital para llevar a cabo inversiones necesarias, inseguridad jurídica y personal, muy malas decisiones gerenciales de las juntas directivas anteriores de PDVSA, hasta las sanciones de Estados Unidos en contra de nuestra industria petrolera, las cuales son una piedra de tranca muy grande para que Venezuela pueda comercializar su crudo.
Debemos recordar que Pdvsa no publica ningún informe (financiero, gestión) desde el año 2016, por lo que los venezolanos solo nos enteramos de la situación de la industria petrolera, por medio de la OPEP y otros organismos internacionales. Recientemente Tareck El Aissami, ministro de petróleo, aseguró que la producción petrolera se ha recuperado en más de 700.000 bd y trabajan para llevarla a 1,5 millones para finales de año.
Desde septiembre de 2020, Pdvsa ha incrementado su producción en un 47 % (Fuente OPEP), esto podría interpretarse como que el aumento prometido por el ministro sí es factible, sin embargo, ya tienen al menos 4 meses con una producción estabilizada (o estancada, como se quiera ver) en torno a los 540.000 bd. Un incremento en nuestra producción petrolera de tal magnitud, tampoco tiene precedente en nuestra historia. Requiere de muchas cosas, entre ellas capital, mejoras importantes e inmediatas en las instalaciones y flexibilización en las sanciones. Esta última es tal vez la más difícil que ocurra.
Ojalá y Venezuela pueda incrementar su producción petrolera. El país, pero sobre todo los venezolanos, necesitan que el escenario económico mejore. Una mayor producción petrolera generaría mayor entrada de divisas, lo cual debería ayudar a disminuir tanto la volatilidad cambiaria como la presión fiscal hacia el BCV (con lo cual la hiperinflación cedería); pero en general los efectos positivos de esa mayor producción permearían en otros sectores económicos del país. No obstante, y tomando en cuenta las fuertes sanciones norteamericanas contra la industria petrolera de Venezuela, creemos que es muy complicado que nuestro país pueda aumentar su producción petrolera para diciembre de este año a 1.500.000 bd. Insistimos, ojalá y lo logre. Pero con una limitante tan complicada a la hora de comercializar los crudos que extrae Pdvsa, esa espada de Damocles hoy es el principal problema que enfrenta el sector petrolero venezolano.
Luis Oliveros
Fuente: Run Run