Mientras Vaca Muerta se reorganiza para volver a producir, queda esperar que las temperaturas no obliguen a desembolsar millones en GNL.
A la Argentina no le queda más remedio que esperar que el invierno no sea tan frío. Algo así de simple tiene un costo de más de u$s 1000 millones que le darían otro dolor de cabeza al gobierno de Alberto Fernández, que comenzó nada menos que con una pandemia, donde el virus del COVID-19 altera no solo nuestras vidas sino también la alicaída macroeconomía y la necesidad de cuidar los dólares del Banco Central.

En ese contexto, los proyectos de Vaca Muerta eran herramientas que podían sustituir importaciones. Así es que se brindó el Plan Gas.Ar, un programa de precios para incentivar la producción gasífera en el país, con fuerte interés en el desarrollo del shale gas. Pero aquellas largas tres semanas de cortes de ruta también obligaron a cambiar de rumbo.

El gas natural licuado (GNL) tiene un limitante de infraestructura para la regasificación, por eso también hay que tener como opción la posibilidad de pedirle gas a Chile. O, en el caso extremo, quemar gasoil, un combustible líquido más caro y contaminante.

La última licitación para el GNL que se regasificará en Bahía Blanca tuvo precios promedio de u$s 7,20 por millón de BTU. Los tiempos del gas barato terminaron, dado que hay una mayor demanda en Asia.

En el invierno del Hemisferio Norte se llegó a pagar entre 30 y 39 dólares el millón de BTU por la ola de frío que provocó mayores compras en esa región, donde están los principales compradores de GNL del mundo: Corea del Sur, Japón y China.

A fin de mes ingresarán 29 cargamentos al Puerto Ingeniero White, aunque todavía no se conoce el precio que se pagará por ellos. En la industria y el Gobierno entienden que habrá que desembolsar alrededor de u$s 1000 millones para pasar el invierno.

Después de venir de un récord de producción en Neuquén, la única chance de recuperar el tiempo perdido después del conflicto entre el personal de Salud y el gobierno provincial es poner en marcha todos los equipos y pozos horizontales con objetivo en la roca de esquisto de Vaca Muerta.

Los datos de marzo con el récord de petróleo con 178 mil barriles por día y de etapas de fractura nada menos que con 733 dan cuenta de la capacidad de recuperación que tiene la industria, que viene de uno de los peores años de su historia con la pandemia que alteró los mercados y afectó directamente a la demanda en todo el mundo.

El Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) difundió los datos de pobreza e indigencia energética: todos aquellos que sufren serias dificultades para afrontar el pago de los servicios de energía (gas por redes, energía eléctrica y GLP envasado o garrafa) tomando en cuenta sus ingresos mensuales. Todavía hay 1,5 millones de personas en esta situación de vulnerabilidad.

La necesidad de incrementar la producción de gas natural es el elemento que promovió el lanzamiento del Plan Gas.Ar. A su vez, el Enargas y las distribuidoras mantienen reuniones para fortalecer y ampliar la infraestructura de transporte para así llegar a más argentinos y, además, generar una cuota exportable.

La pelea entre el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, puso en escena la preocupación por los subsidios energéticos, el valor de las tarifas y la necesidad que tiene el Gobierno de cuidar su política monetaria.

Fuente: La Mañana de Neuquen