El gas natural es un factor de crecimiento y desarrollo de la economía. En el caso de México, el gas natural no sólo es utilizado para la generación de más de la mitad de la electricidad del país,
sino que también es uno de los principales insumos del sector industrial. Adicionalmente, el gas natural tiene probada su fiabilidad, seguridad y compatibilidad con el medio ambiente.

La demanda de gas natural en México, tanto por la CFE como por privados, sigue aumentando, habiendo alcanzado las importaciones de gas máximos históricos en 2020. Se espera que la demanda de gas natural siga creciendo de forma continuada, al menos hasta principios de la próxima década.

México es una economía manufacturera y exportadora. Una adecuada oferta energética es clave para el crecimiento del país y la generación de empleo y, sin duda, el gas natural va a jugar un papel fundamental en esa oferta energética.

Por otro lado, situaciones como la vivida durante esta pandemia ponen de manifiesto la importancia de una oferta energética fiable que llegue a la industria, los negocios y los ciudadanos. El gas natural es una de las fuentes esenciales en la consecución de esa oferta energética fiable en México.

Los estados y ciudades que han tenido un uso más extendido del gas natural han experimentado un impacto significativo en su economía, en la generación de empleo y en el desarrollo de nuevas oportunidades, alcanzando tasas de crecimiento de su economía superiores a aquellos estados y ciudades que no han contado con una adecuada oferta de gas natural. En este sentido, los proyectos que permitan llevar el gas al sudeste del país, van a tener impacto en el desarrollo de la economía de esas zonas y el crecimiento la economía nacional en su conjunto.

México tiene una posición privilegiada en lo que se refiere a gas natural, ya que, además de recursos propios, puede tomar ventaja de los bajos precios del gas de EUA. Sin embargo, existen retos y temas clave a abordar, tales como disponer de la infraestructura de gas necesaria para hacer llegar ese gas a la industria y consumidores, y establecer políticas de almacenamiento claras, para evitar situaciones de desabastecimiento con la ocurrida a principios de año.

En cuanto a los recursos propios, se requieren importantes inversiones en exploración y producción. Debido a la compleja situación financiera de Pemex, es imprescindible seguir atrayendo capital privado. En paralelo, México tendrá que continuar dependiendo de las exportaciones.

Si bien México ha realizado un importante esfuerzo en los últimos 20 años para desarrollar infraestructura de gas, existe un importante recorrido para mejorar la infraestructura de transporte y almacenamiento, que permita llevar gas natural por todo el país. Abordar estos temas requiere que administraciones públicas e iniciativa privada trabajen conjuntamente. Mejorar la infraestructura de gas del país es clave para mejorar la seguridad energética y diversificar las fuentes de energía.

El almacenamiento es esencial. En caso de una interrupción de gas procedente de US, México tiene entre 3 y 4 días de reservas en el sistema. El desarrollo de nueva infraestructura incluye una combinación entre pipelines físicas y virtuales. México necesitas más pipelines físicas para interconectar los pipelines que ya existen en el país. Sin embargo, es previsible que la gasificación de algunas zonas se lleve a cabo mediante pipelines virtuales. El Gas Natural Licuado puede ser transportado en camiones, usando las carreteras existentes. Sin embargo, nueva infraestructura para licuar gas tiene que ser creada y conectada con un pipeline próximo a un mercado existente. Este es un método eficiente de llevar gas a las regiones que lo necesiten.

El almacenamiento de gas es crítico para México, ya que México no tiene la capacidad de almacenamiento necesaria en este momento. Cortes de suministro por climatología o temas de mantenimiento mayor, podría llevar a disrupciones severas. La infraestructura de almacenamiento pueda paliar esas disrupciones. La administración debe dar claridad y trabajar en siguientes pasos para implementar una política de almacenamiento de gas.

Otro de los elementos de una adecuada estrategia de gas para el país, es continuar promoviendo el gas natural vehicular en estados y municipios. El uso de gas natural en vehículos tiene importantes ventajas: es económico, ya que el precio para el consumidor puede ser hasta un 50% más barato que la gasolina o diésel; es limpio: sustituir un autobús de consumo diésel por uno de gas natural equivale a sacar de las carreteras más de 20 coches; y es seguro: los tanques de gas natural vehicular son más resistentes que los depósitos de gasolina o diésel. Los esfuerzos en el desarrollo del gas natural vehicular mejorarán la competitividad del transporte público y privado mientras se mejora la calidad del aire.

Los sectores de transporte de pasajeros y de carga suelen ser los más beneficiados por el uso del gas natural vehicular. Empresas que cuentan con flotillas de vehículos de alto kilometraje tales como autobuses, taxis y camiones, los cuales operan dentro de un área limitada o a lo largo de una ruta establecida, permiten ser fácilmente abastecidos con las estaciones de servicio de gas natural existentes.

Conclusión

El gas natural es una fuente clave para el desarrollo de México y la transición energética del futuro. La actividad de exploración y producción y la atracción de inversión privada, así como el desarrollo de infraestructura de transporte y almacenamiento son temas clave en los siguientes años que deben estar en la agenda de la administración y requieren que la administración e iniciativa privada trabajen juntos.

El desarrollo de una adecuada infraestructura de transporte, distribución y almacenamiento de gas natural facilitará el desarrollo de la industria y negocios en México, mejorando la calidad de vida y reduciendo las desigualdades del país.

Gonzalo de la Torre - Socio de Asesoría Financiera de Deloitte México

Fuente: El Economista