En un elegante salón, los lobistas y los ejecutivos petroleros se codean hablando español, francés e italiano. Pero lo sorprendente es que este no es el hotel boutique ZaZa en Houston, el favorito de los peces gordos de la energía mundial. Es el Hotel Cayenne de Caracas. Atraídos por las promesas de privatización y más autonomía para aprovechar las mayores reservas de crudo del mundo, los grandes ejecutivos petroleros se están reuniendo con el régimen de Nicolás Maduro y la estatal Pdvsa para tomar la 'pole' para cuando vuelva a abrirse la puerta a los negocios.
Los productores más grandes como Chevron, la francesa Total y la italiana Eni probablemente esperarían hasta que se levanten las sanciones de EEUU, pero los actores más pequeños podrían comenzar cuando entren en vigor una serie de nuevas reglas que abrirán la industria a la empresa privada. "Quiero decirles a los inversores de EEUU y de todo el mundo que las puertas de Venezuela están abiertas para la industria petrolera", dijo el dictador Maduro en un reciente discurso televisado, según reporta el portal eleconomista.es
Es un momento decisivo para un país empobrecido por la catastrófica gestión del dictador, que se está quedando sin combustible para transportar alimentos ni dinero en efectivo para pagar las importaciones de necesidades básicas. Aún no está claro si Maduro logrará atraer alguna inversión. Pero algo está claro: las petroleras nunca habían tenido tanto poder para negociar el acceso a una parte de los más de 300.000 millones de barriles de crudo del país.
Fuente El Deber
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