Después de subir más del 30% este año con recortes de producción coordinados por los principales exportadores y recuperar la demanda tras la caída con la crisis del Covid-19, un ataque con misiles el domingo contra una importante terminal de exportación de Arabia Saudita hizo que el petróleo Brent supere los 70 dólares el barril para el primera vez desde enero de 2020.
Aunque los precios han bajado desde entonces, el impacto sobre la inflación y la recuperación global depende de la duración del repunte.
Crecimiento global
Para los economistas, lo que importa es la causa de los precios más altos, no el precio en sí. El aumento de los costos de la energía debido a la fuerte demanda generalmente indica un crecimiento sólido y resistente, mientras que los aumentos de precios impulsados por la oferta limitada pueden afectar la recuperación. Los economistas de Morgan Stanley estiman que el producto tendría que cotizar a 85 dólares el barril, en promedio, para que la carga mundial de petróleo supere los promedios a largo plazo.
"Como contexto, la carga mundial del petróleo superó por última vez el promedio de largo plazo en 2005, pero con el escenario de fuerte crecimiento mundial, las economías pudieron resistir el impacto de los altos precios del petróleo hasta 2007, cuando la expansión del mercado mundial ya estaba perdiendo fuerza y, aun así, los precios del petróleo subieron rápidamente ”, escribieron los economistas del banco la semana pasada.
Inflación
La apreciación del petróleo se basa en el debate sobre la inflación global. A medida que los rendimientos de los bonos se disparan, los inversores continúan probando a las autoridades monetarias, como el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, de que la inflación no es una amenaza este año, incluso cuando se están inyectando billones de dólares de estímulo a la economía global.
Los costos del petróleo y los alimentos están aumentando, aunque, como las dos categorías más volátiles de precios al consumidor, las autoridades monetarias generalmente los consideran transitorios. E incluso con el aumento de los costos de bienes raíces y semiconductores, la tendencia global prevaleciente sigue siendo un crecimiento de precios moderado.
"Como buenos economistas, estamos en el medio: la era de la inflación escasa parece haber terminado, pero eso no significa necesariamente que la hiperinflación esté cerca", dijo Carsten Brzeski, director macro global de ING, en un informe del 5 de marzo.
Bancos centrales
Aunque la energía es un componente importante de los indicadores de precios al consumidor, los funcionarios tienden a centrarse en los índices básicos, que excluyen componentes volátiles como el petróleo. Si la subida de precios resulta significativa y sostenida, estos costes se verán reflejados en las tarifas de transporte y servicios públicos. Este escenario presionaría a los bancos centrales para que limiten el apoyo a la economía, aunque por el momento continúan enfatizando que un alto desempleo compensará cualquier presión inflacionaria.
Fuente: TN Petróleo