La implementación de la nueva Ley de la Industria Eléctrica tendrá un costo adicional de 60,000 millones de pesos anuales derivado de la compra de combustibles más caros para el suministro de la Comisión Federal de Electricidad (CFE)
coincidieron analistas del sector en el foro “Electricidad para el futuro de México” organizado por el Consejo Coordinador Empresarial.

En primer término, la nueva ley que contiene los cambios a 12 artículos y transitorios entre los que destaca el orden de prelación para el despacho eléctrico priorizando la hidroeléctrica, las plantas de CFE, las solares y eólicas y finalmente el resto de los ciclos combinados privados, es un ordenamiento que pondera la compra de energía a plantas con eficiencias de alrededor de 30% que son las termoeléctricas de ciclo abierto de la estatal eléctrica, por encima de plantas de ciclo combinado de privados con eficiencias de 70%, explicó Francisco Salazar Diez, ex presidente de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).

En un escenario de consumo intensivo de energía y combustibles para su generación, aumentará en casi 32% el consumo en volumen de combustibles, pasando de 160 a 210 billones de unidades térmicas anuales (BTU por su sigla en inglés). De éstos, más de la quinta parte será combustóleo que la CFE le comprará a precios de mercado a Petróleos Mexicanos (Pemex). “Verdaderamente es un absurdo, no sólo se deja de consumir combustible en línea con lo que ocurre en el mundo por la crisis climática y económica, de hecho se consume más”, dijo el experto.

Montserrat Ramiro, ex comisionada de la CRE, explicó a su vez que con costos más altos de manera transparente debería haber tarifas más altas, porque en el nuevo marco legal se efectuarán contratos de cobertura física para que la CFE Suministro le compre a los generadores, incluso de la propia estatal. Pero existe la posibilidad de que se generen transferencias y subsidios cruzados para mantener a las empresas de generación, lo que se reflejará en el deterioro de la empresa que recibirá más recursos del erario, que podrían gastarse en programas sociales, y generará deuda más cara para la CFE.

“Los mercados financieros cada día están más involucrados con las consecuencias ambientales asociadas lo que vuelve totalmente irracional la propuesta que sin duda tendrá costos más altos”, dijo. En tanto, la ex subsecretaria de Hidrocarburos, Lourdes Melgar, aseguró que la mayor pérdida que tendrá la CFE con los nuevos ordenamientos será su autonomía para comprar combustibles, ya que volvería a la obligación de adquirir el combustóleo que le sobrará a Pemex.

Y con el orden de despacho que se propone, es posible que algunas empresas de energía renovable quiebren, principalmente las más pequeñas. “Van a perder los trabajadores de la CFE, van a perder las comunidades y vamos a perder todos los mexicanos”, dijo Melgar.

Fuente: El Economista