El mes pasado el gobierno resolvió dejar sin cambios las tarifas de los combustibles para priorizar la recuperación de la actividad económica y los sectores productivos. En enero habían subido las naftas y el precio del gasoil había quedado congelado.
Ahora las autoridades deberán resolver qué rumbo se seguirá en marzo. Una de las nuevas vigentes (de manera provisoria) en el sector de los combustibles es la potestad que tiene el Poder Ejecutivo para revisar mensualmente el precio máximo de venta al público de los productos elaborados por Ancap.
Para ello, se toma en cuenta un informe de Ancap con sus números y el informe de Precios de Paridad de Importación (PPI) que mensualmente publica la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea).
Por lo pronto Ancap ya envió al Poder Ejecutivo su informe de costos en planta. Una fuente del ente dijo ayer a El Observador que la situación financiera de la empresa “es muy difícil en la medida que las tarifas no incorporen la evolución de los costos”.
En el ente se sigue con preocupación la valorización del petróleo en los mercados internacionales. En enero la cotización del crudo Brent (referencia del ente) aumentó 10% en promedio respecto a diciembre, y 24 % en lo que va de 2021 con un precio medio de US$ 62,3. Ancap tiene una proyección promedio para el crudo de US$ 50 por barril en su programa financiero.
La otra variable de peso para la paramétrica de costos de Ancap es la cotización del dólar. El tipo de cambio no tuvo grandes variantes en enero, pero empezó a presionar en las últimas semanas. En febrero el dólar trepó 2% y siguió al alza en lo que va marzo hasta ubicarse hoy en la franja de los $ 44.
El presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic, afirmó este jueves que si se estuviera aplicando el mecanismo de PPI “a pleno” y “en una situación de normalidad completa”, como entre enero y febrero hubo un aumento significativo de los precios internacionales, la sociedad debería esperar que para marzo hubiera una suba de los precios locales.
“Las finanzas de Ancap, con el respaldo del Estado, tienen espalda para seguir sufriendo esta situación. Pero hay que ser realista y no se puede permanecer así por siempre”, dijo Stipanicic al semanario Búsqueda.
También afirmó que “aspiraría a tener una política de abastecimiento diferente de crudo”, pero no se tiene “certeza de cuáles son los riesgos a cubrir”. “Es como que estamos llegando a la línea del arco y me corren un metro el arco para atrás. Me dicen: “No, vamos a esperar un poquito más, un poquito más”, añadió
Por su parte, el representante del Frente Amplio en el Directorio de Ancap, Walter Sosa dijo a El Observador que la situación financiera “es compleja”. “El gobierno va a tener que elegir, o desfinanciar Ancap o subir las tarifas e incumplir un a promesa electoral”, apuntó.
El nuevo esquema
El nuevo esquema establece que el Poder Ejecutivo aprobará los precios de los combustibles a los que Ancap deberá vender en las plantas de distribución desde donde se abastecen las estaciones de servicio.
Cuando entre a regir en plenitud, se utilizarán como base los PPI, es decir, el precio (teórico) que asumiría un privado si importara y vendiera los mismos combustibles que vende Ancap, más un factor de ajuste diferenciado para cada producto (sobreprecio), que irá disminuyendo hasta converger de manera gradual a los valores de PPI en un plazo máximo de tres años, y cumpliendo hitos de avances mínimos anuales.
Ese cambió comenzaría a partir del mes de abril de acuerdo con la hoja de ruta trazada por el gobierno. Para eso el Poder Ejecutivo reglamentará este mes el artículo 235 de la ley de Urgente Consideración (LUC) que refiere a la aprobación del precio de venta de los combustibles producidos por Ancap en cada una de las plantas de distribución.
Tras el descenso sufrido en enero, las ventas de nafta se recuperaron en febrero, aunque estuvieron un 10% por debajo en la comparación interanual con 2020. En tanto, la venta de gasoil cayó un 7% respecto a febrero del año pasado.
Fuente: El Observador