En la reunión de este lunes entre los presidentes Biden y López Obrador se confirmó la realización de una Cumbre de Líderes sobre Cambio Climático, que está siendo organizada por Estados Unidos, a celebrarse el 22 de abril, Día de la Tierra.
Esto obliga a que México revise su estrategia de como contribuir a la reducción del carbono, tal como se comprometió al firmar el Acuerdo de París sobre el cambio climático, donde el objetivo es establecer una política que limite el calentamiento global a 1.5 grados centígrados.

En 2020 el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático actualizó su estrategia para cumplir con las metas del Acuerdo de París. De acuerdo con el inventario nacional de gases de efecto invernadero (GEI), preparado con información de 2015, México emite 682,959 giga toneladas de CO2, 1.4 por ciento de las emisiones globales; es decir, somos el duodécimo emisor mundial y el primero en América Latina.

En materia de mitigación, en el Acuerdo de París, México se comprometió a reducir (sin condiciones) 22 por ciento de gases de efecto invernadero (GEI) y 51 por ciento de carbono negro. Además, se planteó a la comunidad internacional que las emisiones de GEI alcanzaran un pico en 2026 para declinar a partir de ese momento. Nuestro país también se comprometió a reducir sus emisiones en la industria y a generar 35 por ciento de energía de fuentes limpias para 2024 y 43 por ciento para 2030.

Sin embargo, en medio de la pandemia, la Secretaría de Energía de México publicó un proyecto de ley (acelerado debido a Covid-19) que detendría efectivamente la inversión privada en energía renovable en el país, dando prioridad a las antiguas plantas de energía que funcionan con combustibles fósiles de la Comisión Federal de Electricidad. El gobierno dijo que la pandemia provocó una gran caída en la demanda de electricidad, ya que las fábricas cerraron y la alimentación de energía de fuentes renovables tendría que posponerse durante la pandemia. Su argumento es que la naturaleza intermitente de los proyectos de energía renovable produciría una oscilación que el Sistema Eléctrico Nacional no podría manejar.

La decisión de favorecer la generación de combustibles fósiles sobre la energía renovable ahora coloca a México en un camino inconsistente si se quiere alcanzar el límite de 1.5 °C. La propuesta del Acuerdo de París es que se construirían plantas alternativas a las de carbón, con el fin de reducir las emisiones de la flota de carbón existente a nivel mundial en dos tercios durante 2020-2030 y a cero para 2050. Bajo las políticas implementadas actualmente, e incluso a pesar de la caída esperada en las emisiones de 2020 como consecuencia de la pandemia, México no logrará alcanzar sus compromisos de 2020 y deberá implementar políticas adicionales para cumplir con sus objetivos a 2030.

El Climate Action Tracker (https://climateactiontracker.org/countries/mexico/) un organismo encargado de dar seguimiento a los compromisos ambientales, califica las contribuciones determinadas a nivel nacional (nationally determined contributions) de México como insuficientes. En otras palabras, significa que el país no ha avanzado en sus objetivos para reducir los GEI.

Esto pone en entredicho los compromisos climáticos de México para 2030, ya que la actual trayectoria no es consistente con mantener el calentamiento por debajo de 2 °C, y mucho menos limitarlo a 1.5 °C como lo requiere el Acuerdo de París. De seguirse con las actuales tendencias nuestro país estaría en la trayectoria de auspiciar un calentamiento entre 2 °C y 3 °C a nivel global.

Para cumplir con las metas del Acuerdo de París se requiere que tanto Pemex como la CFE se comprometan a metas ambiciosas para reducir las emisiones de carbono, es necesario que ambos organismos presenten un programa que sea compatible con lo firmado por México en el Acuerdo de París.

Se requiere compatibilizar la recuperación de ambos organismos con esta meta, de forma que la consolidación que se busca de ambas empresas públicas se enmarque en este propósito. No se requiere crear nuevas instancias para este proceso, sino utilizar las existentes, para ello se debería encargar al Instituto Nacional de Energías Limpias propuestas para compatibilizar la operación de la CFE con estos objetivos de cambio climático, se trata de construir un escenario compatible para 2030, con pasos intermedios a 2024, de forma que se puedan presentar en las reuniones de abril en Estados Unidos y a finales de año en la conferencia de partes (COP26) convocada por la ONU a realizarse en Glasgow, en el Reino Unido. Es momento de actuar, para garantizar que México cumpla con sus metas del Acuerdo de París, es dar una esperanza a esta perspectiva.

Clemente Ruiz

Fuente: El Financiero