porque aunque es el segundo mayor consumidor nacional de gas, también es autosuficiente pero sólo para actividades de exploración y producción, descuidando otras prioridades como la petroquímica, que en 25 años pasó de una elaboración de 25 a 3 millones de toneladas anuales, por decisiones de utilizar el gas para otras actividades, aunque se tengan que parar parcial o totalmente las plantas petroquímicas de la empresa.
Así lo explicó el que fue consejero independiente de Pemex, Fluvio Ruiz Alarcón, para quien la carencia de gas que en la última semana evidenció su gravedad no es sólo responsabilidad de las administraciones anteriores que no previeron aspectos geopolíticos y de largo plazo, sino del actual gobierno, que desde el primer día de gestión debió plantearse una estrategia integral que incluyera incentivos fiscales, almacenamiento, tratamiento regulatorio y legal especial e incluso una empresa del Estado para que extraiga el gas natural de los yacimientos, que Pemex Exploración y Producción dejará siempre en segundo término priorizando la rentabilidad de los proyectos de crudo.
“Urge una estrategia nacional para garantizar el abasto de gas natural al país, que necesariamente debe incluir modificaciones legales, cambios regulatorios, decisiones de inversión, que rendirá frutos a mediano plazo y también incluye cuestiones fiscales, como un compromiso del Estado mexicano que incluya a privados pero con una política económica estatal de largo plazo”, dijo el especialista.
Según la Secretaría de Energía, mientras que en una década aumentó en 26% la demanda de gas natural en el país, la del sector eléctrico creció nada menos que 51% y en el sector industrial aumentó 41%, además de que otros usos como el automotriz, exportaciones, servicios, residencial e inventarios, que es menos de 3% de la demanda, creció 117% en 10 años.
Mientras tanto, el consumo del sector petrolero, que todavía representa el 22% de la demanda nacional, cayó 19% en el mismo lapso. Y con un consumo promedio de 1,817 millones de pies cúbicos diarios, la estatal tiene la capacidad de suplir sus necesidades con gas propio, al contar con una producción de 5,479 millones de pies cúbicos al día.
Sin embargo, como empresa integrada, Pemex no sólo utiliza gas para reinyectarlo en los yacimientos de crudo generando presión para su explotación, sino que además requiere del hidrocarburo para todos sus procesos de transformación industrial y como insumo para la fabricación de productos petroquímicos, que es el eslabón que lleva décadas sacrificándose.
“Lo que vemos no es que pare la producción de petróleo si no hay gas. Lo que se detiene es buena parte de Cosoleacaque, de Morelos, Cangejera, las plantas petroquímicas tradicionales de Pemex que requieren del gas para sus productos. Por eso no arranca la producción de Agronitrogenados ni aumenta la producción de combustibles, porque el gas se utiliza para las prioridades de política económica nacional”, expresó Fluvio Ruiz.
Fuente: El Economista