La obra no se culminará en mayo de este año, como se tenía previsto, debido al impacto de la pandemia, según el presidente de la petrolera estatal, Eduardo Guevara.
La COVID-19 elevó el costo final de la modernización de la refinería de Talara, la mayor instalación de su tipo en Perú, a los US$ 5,000 millones, según confirmó este jueves el presidente de la petrolera estatal peruana Petro-perú, Eduardo Guevara.

El ejecutivo explicó en una conferencia con la Asociación de Prensa Extranjera en el Perú (APEP) que la paralización durante tres meses de las obras elevó el costo final en US$ 300 millones.

“El objetivo principal es terminar y que no haya especulaciones sobre que el proyecto se quiere dilatar. Íbamos a culminar en mayo de 2021 pero el COVID -19 no nos lo permitió”, lamentó Guevara, cuya nueva fecha fijada en el calendario es noviembre de 2021.

“Cuando se decretó el estado de emergencia estábamos en el pico de actividad y teníamos a unas 9,000 personas trabajando simultáneamente. Tuvimos que parar hasta tener las condiciones necesarias”, añadió.

Después de levantarse el largo confinamiento, el avance de la obra está al 93.24% con cerca de 7,000 obreros en actividad en la fase final del proyecto.

Tercera emisión de bonos

La pasada semana, Petroperú completó la financiación de las obras de la refinería, ubicada en la norteña región de Piura, con la emisión de los últimos bonos corporativos por valor de US$ 1,000 millones, donde están incluidos los 300 millones adicionales por la paralización de las obras.

El bono fue emitido a 30 años con una tasa de interés del 4.65%, más baja que la tasa del 5.65% del mismo bono emitido en 2017 por otros US$ 1,000 millones.

Así, la refinería de Talara pasará de tener una capacidad de procesamiento de 65,000 barriles por día a 95,000 barriles al día, aunque Guevara reconoció que los yacimientos peruanos que alimentarán solo producirán en el mejor de los casos unos 60,000 barriles.

“Incluso con toda la producción local, vamos a seguir importando. No es un tema que vaya a afectar el proyecto. Nuestro mejor escenario es usar completamente producción local cuando estén operativos los campos de Talara”, apuntó.

Oleoducto sin crudo suficiente

Algo similar sucede actualmente con el Oleoducto Nor Peruano (ONP) que traslada el crudo extraído de los pozos de la Amazonía peruana hasta la región de Piura, en el océano Pacífico, donde se encuentra la refinería. Guevara admitió que actualmente la operación del oleoducto, que está a cargo de Petroperú, no resulta rentable porque varios yacimientos de la Amazonía han dejado de producir crudo.

“No hay la producción suficiente, pero lo necesitamos para que la actividad pueda continuar. Lo fundamental es asegurar nuestras operaciones, y para ello es necesario que todos estemos tranquilos”, apuntó.

Durante buena parte del año 2020 el oleoducto estuvo paralizado, primero por el cese de la actividad petrolera en los pozos ante los bajos precios del petróleo por la crisis de la COVID-19 y luego por una toma de las instalaciones por parte de un grupo de comunidades indígenas que reclamaba servicios básicos al Gobierno.

Cinco postores para lote 192

Entre los yacimientos que siguen sin funcionar está el Lote 192, que próximamente debe asumir Petroperú tras la reciente salida de la petrolera canadiense Frontera una vez que culminó su contrato temporal de explotación.

Sin embargo, Petroperú todavía no ha accedido a los pozos porque está a la espera de que culmine el proceso de consulta previa que lleva a cabo el Estado con las comunidades nativas de la zona y, sobre todo, la búsqueda de un socio mayoritario que se haga cargo de la operación y de los costes del reinicio de las operaciones.

Guevara explicó que se encuentran en la fase final del proceso de selección donde hay cinco postores interesados, pero reconoció que también contemplan un escenario donde finalmente no haya acuerdo y deba ser Petroperú quien asuma al 100% la explotación del Lote 192.

Hasta que no culminen el proceso de selección para ese lote no se pondrán a buscar socios para el Lote 64, que tiene crudo liviano más fácil de refinar que el petróleo pesado del 192 y al cual la empresa estadounidense Geopark renunció recientemente ante la feroz oposición de las comunidades de indígenas.

Problemática descontaminación

Sobre la descontaminación de los puntos contaminados en el Lote 192 por anteriores operadores, Guevara anticipó que Petroperú no se hará cargo de la contaminación causada por los inquilinos previos del yacimiento.

“Nosotros vamos a ser responsables de lo que hagamos desde que entremos al Lote 192. Todo lo anterior tendrán que mirarlo las autoridades con los anteriores operadores. Va a ser muy importante tener una buena relación con las comunidades. Ese es nuestro compromiso. Vamos a ser muy cuidadosos con esos temas”, prometió Guevara.

“El tema de los impactos va más allá de Petroperú. Se necesita verlo a profundidad a nivel del Gobierno”, advirtió el Ejecutivo.

En ese sentido, manifestó su preocupación por la reciente salida del Lote 8 de la petrolera argentina Pluspetrol, que también operó desde 2000 hasta 2015 el Lote 192 con distintos episodios de derrames y contaminación.

“Hay que repensar los trabajos de remediación. Si perseguimos al anterior operador y hay disputas judiciales, eso un problema porque las comunidades también ven que no se avanza. Hay que hacer algo”, advirtió.

Fuente: El Comercio