En 2021, el Gobierno asignó $us 756 millones para el negocio del gas. De esa cantidad, $us 269 millones serán para buscar nuevas reservas. Expertos señalan que la cifra es insuficiente para reponer el energético
Todo es oficial. Las cifras que se detallan en esta nota provienen de páginas oficiales y declaraciones de autoridades de Gobierno.
Y estos números dejan al descubierto que a pesar de que el sector de hidrocarburos requiere una gran cantidad de recursos para la búsqueda de nuevas reservas de gas natural, el Estado destinará $us 269 millones para este trabajo. Esto representa, el 35,58% del total asignado para el negocio hidrocarburífero en 2021.
Bolivia tiene en la exportación de gas natural a una de sus principales fuentes de ingreso. De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), de los $us 7.015 millones generados por las ventas externas que hizo el país en 2020, un 28,35% corresponde al sector de hidrocarburos.
En enero de este año, el ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina Ortiz, citado en un comunicado oficial de esa cartera de Estado, informó que el Gobierno destinó $us 756 millones de inversión para toda la cadena hidrocarburífera.
De esta cantidad de recursos, sostuvo que $us 269 millones serían usados para la exploración; es decir, la búsqueda de nuevos yacimientos de gas. Mientras que otros $us 144 millones se destinarán para la explotación y desarrollo de campos.
En esa línea, también detalló que para este año se invertirán $us 132 millones en la instalación de redes de gas, lo que permitirá “la generación de una constante actividad para las microempresas y empresas, lo cual coadyuvará de manera importante en la generación de empleos”, afirma el comunicado oficial.
Tendencia descendente
No obstante, revisando los informes de rendición de cuentas de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) de los últimos dos años, se evidencia una fuerte caída de la inversión en los últimos años.
Por ejemplo, en 2019, el último año de gestión del expresidente Evo Morales, se asignó para el sector hidrocarburífero un total de $us 1.450 millones.
Si se compara esta cifra, con lo que se presupuestó para 2021, se evidencia una caída del -47,86%.
Lo mismo ocurre si se ponen en la balanza las cifras asignadas en 2020; durante el Gobierno de transición ($us 1.207 millones) y las actuales ($us 756 millones). Haciendo este ejercicio se deja al descubierto una reducción de la inversión del -37,37%.
De acuerdo a especialistas consultados, este fenómeno no es nuevo. Desde 2014, las inversiones en este sector fueron decayendo. Ese año, según datos de YPFB, se programaron $us 2.112 millones para toda la cadena hidrocarburífera. Si se coteja esta cifra con lo que se asignó este año, hay una declinación del -64,2%.
Factores que inciden
Sobre la inversión programada para la exploración, Carmen Crespo, economista especializada en energía y medioambiente explicó que, si se asume que la tasa de éxito del país es de alrededor del 20%, y que la perforación de un pozo cuesta alrededor de $us 70 millones, entonces, se necesitaría de unos $us 350 millones para tener un resultado positivo.
“A esto hay que sumar los costos de la sísmica 2D y 3D, con lo que podemos necesitar $us 100 millones más por pozo. El total requerido es de $us 850 millones. Por lo tanto, el valor referido por el ministro de Hidrocarburos es insuficiente. Por supuesto, puede ocurrir que a la primera perforación haya éxito, pero este evento es muy poco probable”, observó.
La especialista explicó que tres factores limitan la inversión en hidrocarburos. El primero de ellos, y el principal, son los contratos de operación firmados por YPFB y los titulares del upstream (búsqueda de potenciales yacimientos de petróleo crudo y de gas natural).
Estos contratos, según Crespo, transfieren el total del riesgo al operador y tienen una fuerte carga fiscal, resultado de la Ley 3058. En síntesis, es mucho riesgo y poca recompensa para el operador.
El segundo gran problema es la comercialización de gas natural. El contrato de exportación a Brasil y su renegociación solo amplió su plazo por cinco años a montos menores a 14 millones de metros cúbicos de gas natural por día (MMm3/d) y el contrato con la Argentina se renegocia cada año con precios diferentes y volúmenes decrecientes, explicó.
“El mercado interno tiene un precio muy bajo. Básicamente, faltan mercados con precios y volúmenes atractivos”, agregó.
El tercer factor es el geológico. “Las características geológicas de la zona tradicional hacen que los pozos sean muy profundos y de perforación dificultosa, encareciendo los costos de exploración”, precisó la especialista.
Exploración
En lo que se refiere netamente a la exploración, desde la nacionalización de los hidrocarburos, en 2006, la inversión realizada en el sector ha sido baja.
Los datos de Yacimientos son reveladores. Desde 2006 hasta 2019 los recursos destinados para la búsqueda de nuevas fuentes de gas natural llegaron a $us 2.685 millones. Esta cifra es menor frente a los $us 6.616 millones que se usaron para la explotación y desarrollo de nuevos campos.
En 2014, considerado como el año de mayor esplendor hidrocarburífero; por los altos precios que registraba el petróleo a escala global, solo para la explotación de campos gasíferos se invirtieron $us 1.021 millones, frente a los $us 209 millones que se usaron para la exploración.
Para el especialista, Hugo Del Granado, durante la gestión del expresidente Evo Morales la búsqueda de nuevos yacimientos no fue una prioridad y el resultado de ello son los diferentes problemas que tiene Yacimientos para abastecer a sus mercados.
“Hay que entender que el sector de hidrocarburos, al igual que la salud, está en crisis. Hay mucha preocupación porque las inversiones han ido decayendo y lo que se tiene pensado invertir en el 2021 es insuficiente”, sostuvo.
Para el especialista, es necesario que el Estado boliviano cambie sus políticas y se abra a que el sector privado pueda ser un actor mucho más activo.
Pero para que esto pase, según Del Granado, es necesario que se modifiquen las normas bolivianas y los contratos con las empresas petroleras que operan en el país.
De forma concreta, sostuvo que es necesario que se cambie la Ley de Hidrocarburos, porque no atrae la inversión de empresas extranjeras y “es obsoleta”.
“El Estado tiene que cambiar su política, no puede seguir con el estatismo que viene desarrollando desde hace 14 años, creando barreras para las empresas privadas que dejaron de venir a Bolivia”, aseguró el especialista.
En este sentido, sostuvo que es necesario que el país recupere la confianza de los inversores externos “porque el esquema jurídico está mal enfocado”.
“Si seguimos así, vamos a seguir bajando las inversiones y las reservas. Por eso, hay la necesidad de invertir los recursos que estén a la mano”, afirmó.
En una entrevista realizada por EL DEBER, el presidente de YPFB, Wilson Zelaya, señaló que para mantener el mercado de exportación, en especial el de Argentina, Bolivia necesita incrementar la producción de gas natural, no obstante, enfrenta un problema: la exploración.
“Sabemos que para mantener este mercado requerimos una mayor producción de gas natural; un problema es la exploración, aspecto sobre el cual estamos trabajando intensamente en la compañía para mejorar la producción”, dijo Zelaya.
Además, la autoridad afirmó que la compañía iba a “priorizar las inversiones para reponer e incrementar las reservas optimizando plazos y condiciones de inversión”.
No es la primera vez que el titular de Yacimientos reconoce problemas en esta materia. En diciembre, cuando anunció el hallazgo de gas natural en el pozo Boicobo Sur-X1, recordó que éste era el primer proyecto exploratorio exitoso en más de 15 años.
“Después de más de 15 años tengo la honra de informar al país una gran noticia. El proyecto Boicobo Sur, ubicado en Chuquisaca, tiene un recurso estimado de 1 TCF”, señaló en un acto público.
Se envió una solicitud de información a YPFB para conocer más detalles del plan de exploración para este año, pero hasta el cierre de edición la estatal no respondió.
“Es insuficiente”
Para el exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos el monto que se destinará para la exploración de nuevos yacimientos de gas es insuficiente, con relación a las necesidades que tiene el país.
Incluso aseguró que lo asignado a “lo mucho nos va a dar para (perforar) dos pozos y para realizar estudios en sísmica”.
“Es muy poco y necesitamos un cambio de modelo. No solo para invertir $us 269 millones, sino para poder inyectar más de $us 400 o $us 600 millones en exploración. Hay poca inversión privada y el Estado no tiene los recursos para hacerlo”, señaló.
Al igual que los otros especialistas, afirmó que es necesario implementar un nuevo modelo gasífero, porque el sistema conceptual de recolección que tiene el Estado, de la renta petrolera, es demasiado con relación a los países de la región. Afirmó que varias naciones están flexibilizando sus normas para poder atraer más inversión extranjera.
Actualmente, sostuvo que las operadoras tienen un compromiso de inversión que ya fue cumplido, y que más allá de eso, no invertirán más en el país.
“Si no cambiamos el modelo en los próximos años nos va a ir mal. En cinco o en seis años importaremos el 100% de la gasolina o el diésel. Y en diez años vamos a importar gas natural, necesitamos inversión privada porque definitivamente YPFB no tiene recursos para la exploración”, sostuvo.
En este contexto adverso, Crespo señaló que es momento de repensar lo que se quiere como país.
“Nuestra historia ha sido la de un productor de materias primas, sometido a los vaivenes del mercado internacional. No podemos seguir apostando a un modelo extractivista (basado en hidrocarburos o en un nuevo recurso, como litio), porque es insostenible desde todo punto de vista”, reflexionó la especialista.
Exportaciones
Gas. Según el INE las exportaciones de gas natural descendieron en -27,2% en 2020 con respecto a similar período, en términos de valor, por la disminución de los precios internacionales de petróleo.
Perforación. Según un informe de la Fundación Milenio entre 2006 y 2019, en Bolivia se perforaron 70 pozos para buscar gas natural y petróleo. De esta cantidad, 35 fueron negativos. Según el documento, el dato refleja el deterioro de la inversión en exploración.
Zonas. De acuerdo también con Fundación Milenio en zonas con poca tradición hidrocarburífera se perforaron un total de 34 proyectos, de los cuales 21 fueron negativos, siete positivos y seis están en ejecución. Una situación distinta pasó en las áreas productoras, durante 2006 y 2019, de los 36 pozos perforados, 22 fueron positivos y 14 negativos.
Fuente: El Deber