Según el gremio, la demanda aumentará en 5.9 millones de barriles por día, es decir que pasará a 95.91 millones de barriles. "Se anticipa que la economía estadounidense se recuperará relativamente bien este año, respaldada por la disponibilidad de vacunas viables en combinación con medidas de estímulo", agrega la OPEP.
No obstante, expertos como Fernando Reyes, consultor petrolero, este anuncio sería un beneficio muy marginal para el Ecuador y quizá no tenga mayores en la economía.
Es que Ecuador generalmente mantiene un promedio de producción de 500.000 barriles diarios, "nuestra capacidad de producción no aumentará ostensiblemente y además cualquier decisión que tengamos estará siempre en función de la demanda del mercado", sostiene.
Recalca que cuando la OPEP anuncia un incremento en la demanda, no significa que vaya a aumentar la producción de los países, quizá sí lo pueden hacer los que tienen una importante capacidad de exportación, situación que no lo es para el país.
De todas formas considera que existen expectativas con respecto a la fusión de Petroecuador, para que la empresa pública procure ser más eficiente en todos los niveles.
"Me parece la empresa pública debería apuntar a que sus principales directivos no sean electos con discrecionalidad sino que sean escogidos entre tantos profesionales que existen en Ingeniería en petróleo, "se trata de que la empresa gane más dinero y maneje con eficiencia lo que tiene".
Estos criterios los comparte el también analista en petróleo, Miguel Robalino. Para él los cambios en la demanda internacional no dependen del país ni de la región, "el precio sube porque lo marcan los grandes productores como Arabia Saudita, Rusia o Estados Unidos; además que el precio no solo es de oferta y demanda, sino intervienen factores geopolíticos, financieros y hasta especulativos.
Y enfatiza que la única forma en que el país pueda contrarrestar en algo las variables de precio es tratando de tener un costo de producción bajo, porque el año anterior antes de la pandemia ya estaba establecida la guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia para quitarle mercado a Estados Unidos, que con la tecnología de fracking pasaron a ser los primeros productores del mundo.
El mantener los costos de producción lo más bajos posibles es una de las alternativas que tiene el país, porque cuando el precio del barril sube es un gran negocio; "pero además nuestros crudo recibe un castigo por su calidad y eso complica porque al estado no le queda mayores ingresos"
Fuente: El Telégrafo