En noviembre del 2020, la producción de petróleo disminuyó 4.1 por ciento respecto al mismo mes del 2019, según las estadísticas actualizadas de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
En el penúltimo mes del 2020, la producción de crudo fue de 1 millón 632 mil 728 barriles diarios en promedio, mientras que en el mismo mes del 2019 fue de 1 millón 704 mil 29 barriles diarios.
Respecto a octubre del 2020, la producción de petróleo subió 0.3 por ciento, al pasar de 1 millón 627 mil 87 barriles diarios en el décimo mes del año a 1 millón 632 mil 728 barriles diarios en noviembre.
De esta forma, la producción de petróleo volvió a reducir cuando parecía mostrar una tendencia de recuperación, ya que en septiembre del 2020 se elevó 0.6 por ciento, respecto a agosto previo.
En agosto del 2020, fue de 1 millón 633 mil 743 barriles diarios, mientras que en septiembre de ese año subió a 1 millón 644 mil 136 barriles diarios.
En una comparecencia ante legisladores a mediados de octubre del año pasado, Octavio Romero, director general de Pemex, aseguró que para el 31 de diciembre del 2020, la producción de la petrolera cerraría su producción en poco más de 1 millón 9 mil barriles diarios, lo que implicaría un aumento de 300 mil barriles en promedio respecto a su producción de agosto de 1 millón 600 mil barriles diarios.
"La producción nueva de los campos de Pemex nos va a llevar al 31 de diciembre, si no ocurre nada contrario, a un millón 908 mil barriles diarios, es lo que está proyectado", aseguró en esa ocasión el director.
Consultado, Arturo Carranza, analista del sector energético, comentó que con los datos a noviembre de la CNH, queda prácticamente descartada esa meta.
“Es imposible o poco probable o viable levantar la producción, si la producción está poco arriba de 1.5 millones de barriles diarios, hay que descartar que incremente la producción en 300 mil barriles diarios”, mencionó.
“No se están cumpliendo las expectativas y es un ejemplo de la forma en que se maneja la parte operativa e Pemex, pues se establecen metas que parecen inviables”, agregó.
Carranza explicó que si se plantean metas ambiciosas que resultan técnicamente poco justificables, poco contribuye al buen funcionamiento operativo de la empresa.
Desde su perspectiva, la causa de la caída anual a noviembre es que en los primeros meses del 2020, Pemex se planteó un escenario de estabilización del petróleo crudo.
Sin embargo, surgió el acuerdo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para reducir la producción de crudo, y por otra parte, Pemex se enfrentó a dificultades en sus actividades por cambios en el clima.
“Las condiciones climáticas adversas en el Sureste, en la Península de Yucatán tienen impacto en la operación de Pemex, pero más allá de esa causa, las metas ambiciosas complican la operación porque se generan presiones”, reiteró.
Señaló que en años anteriores, Pemex había hablado de una meta en la producción de Chicontepec, y en esa ocasión, la CNH presto un documento de sugerencia para explotar ese lugar, pero ahí decía que Pemex tienen que abandonar metas tan ambiciosas para evitar presión operativa.
Fuente: El Financiero