La suspensión de operaciones de la planta de urea y amoniaco durante más de un año causó su deterioro y el daño de una turbina, pieza fundamental para las operaciones de la factoría, cuyo valor asciende a 36 millones de dólares.
Esta pieza se habría dañado por negligencia del personal a cargo, debido a que los profesionales capacitados por la empresa surcoreana Samsung fueron retirados, informó el presidente del Colegio de Ingenieros Petroleros de Bolivia (CIPB), Carlos Zabaleta.

El CIPB realizó una inspección a la planta en agosto pasado. “La turbina genera la energía de la planta, es un equipo clave para el funcionamiento de la fábrica. Es por negligencia técnica y falta de control en los mantenimiento”, dijo Zabaleta.

Fuente: Los Tiempos

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