como "los proyectos de gas seco en la Argentina". En contrapartida, indicaba que las prioridades de inversión estarán concentradas en la producción de petróleo en Guyana y en Brasil.
La compañía aclaró luego que la decisión "no obedece a una situación puntual de la Argentina" y que el diferimiento del desarrollo del gas seco también sucederá en Estados Unidos y Canadá. "Nuestro foco de corto plazo sigue siendo el crudo, pero igualmente vamos a participar con nuestros socios del Plan Gas", explicaron fuentes de la empresa.
La historia de ExxonMobil en la Argentina, sin embargo, es un reflejo de la situación del sector energético local. La petrolera se instaló en el país hace casi 110 años. Por mucho tiempo, su principal foco de negocios fueron las estaciones de servicio Esso, hasta que en 2012 vendió las 450 bocas de expendio y su refinería a Pan American Energy Group (en ese entonces Bridas), compañía de la familia Bulgheroni y de la estatal china Cnooc. En algunas ciudades del interior todavía se puede ver el logo azul y colorado de Esso, que pronto se transformará al color "frambuesa", bajo la marca Axion.
En la petrolera explicaron que la decisión de vender ese negocio se enmarcó en una estrategia global de enfocarse más en la producción de petróleo y gas. En su momento vendieron también el negocio de estaciones de servicio en Brasil.
Unos años antes, en 2010, ExxonMobil plantó bandera en Vaca Muerta, cuando todavía no estaba probado el potencial que tenía la formación no convencional de gas y petróleo. Pero recién el año pasado confirmó que pasaba el bloque Bajo del Choique - La Invernada del estado de exploración a desarrollo masivo, con el objetivo de producir 55.000 barriles equivalentes de petróleo por día en cinco años. Actualmente, ExxonMobil aporta menos del 1% del total de producción de petróleo y gas del país.
En paralelo, la petrolera enfocó sus inversiones en dos áreas que compiten con Vaca Muerta en el exterior: el bloque Liza en Guyana y el Presalt en Brasil, ambos situados costa afuera (offshore).
La productividad en gas y petróleo de Vaca Muerta no tiene nada que envidiarles a esos proyectos, según explican los analistas, pero el cambio constante de reglas de juego en el país hizo difícil que la petrolera priorizara sus inversiones en la Argentina.
Por ejemplo, en 2018, ExxonMobil tenía planeado ingresar en el programa de estímulo a la producción de gas de la resolución 46, que lanzó el exministro de Energía Juan José Aranguren, pero a último momento, cuando la crisis económica aceleró el ajuste fiscal, el ingreso al plan quedó vedado. La empresa entonces decidió cambiar su foco de producción al petróleo, pero la decisión del gobierno de Mauricio Macri no cayó bien a los directivos.
Tiempo después llegaron el congelamiento del precio de los combustibles y el control de capitales, que imposibilitaba la salida de regalías a la casa matriz.
Lo paradójico de la petrolera es que, hace tiempo, la producción de gas y petróleo dejó de ser su principal negocio en el país. En cambio, tiene un centro de servicios con 2000 empleados, que creó en 2004, y que brinda asesoramiento interno para sus negocios en otros 42 países (principalmente en Estados Unidos y Canadá), en impuestos, recursos humanos, seguridad informática y compras a proveedores. Son todos trabajadores bilingües con títulos universitarios que, con la devaluación de la moneda, a diferencia del negocio energético, se volvieron más rentables.
Este no fue un bueno año para la petrolera que, como todas las empresas energéticas, vio derrumbarse sus ingresos por la caída en el consumo y en el precio del gas y del petróleo por la pandemia; por eso ExxonMobil tomó la decisión de recortar inversiones.
El golpe más duro llegó en agosto, cuando el Dow Jones quitó de su índice bursátil a la petrolera por la caída en el valor de sus acciones. Solo 15 años atrás, en 2005, ExxonMobil era la segunda empresa más valiosa del mundo, detrás de General Electric. Hoy, ese mismo rating es dominado por las tecnológicas Apple, Amazon, Microsoft, Google, Facebook y Alibaba. Solo la petrolera estatal Saudi Armaco se mantiene en el top cinco.
Fuente: La Nación