indica que las condiciones en torno a la situación actual con la gasolina se deben a factores internos y externos desde la falta de inversión hasta las sanciones impuestas por EEUU.
“A corto plazo se prevé un escenario de continuidad de déficit de mercado doméstico, que dependerá principalmente de la importación, la cual cada vez es más restringida por una cartera de clientes contraída y condicionada a las sanciones de Estados Unidos”, señala el reporte del CIEA-IESA. La crisis actual se ha acentuado por el deterioro gradual del sistema refinador en Venezuela el cual se aceleró por las sanciones y redujo el margen de maniobra ante la situación.
El informe señala varias de las medidas adoptadas por el gobierno de Nicolás Maduro con el fin de solventar el problema de los complejos de refinación y el suministro de combustible; entre ellos: cambio de funcionarios, importaciones desde Irán y allegados, y los trabajos realizados en las plantas de Cardón, Amuay y El Palito.
El instituto expone en su informe 2 situaciones: la primera es que la nación presenta un déficit de productos del petróleo (gasolina, diésel, kerosene, entre otros) producto de las sanciones impuestas las cuales limitan la importación de crudo y productos, la segunda situación es un deterioro gradual del sistema de refinación nacional con una capacidad de 1,3 millones de barriles diarios en los últimos, esta crisis se ha acentuó durante 2019 y 2020.
«La falta de inversión por parte de Pdvsa, la carencia de materiales, los problemas técnicos como fallas en el suministro eléctrico, fugas de gas o incendios y los permanentes problemas en las unidades catalizadores y en los equipos de destilación son parte también de factores internos que agravan la crisis petrolera. Entre 2014 y 2018, la capacidad de procesamiento de crudos se redujo en 85% y desde que las sanciones entraron en vigencia, el volumen de producción y procesamiento de crudo apenas alcanzaba 135.000 barriles por día, lo que es igual al 10% de la producción total».
Fuente: Noticiero Digital