Muchos interesados en el mercado uruguayo del combustible, han puesto el freno de mano a sus intenciones de pensar futuros negocios o participar en el mismo.
La razón: los anuncios de liberalización del combustible en su distribución secundaria (desde puerta de planta hasta la Estación de Servicio) así como la incertidumbre en cuanto al precio que la URSEA recomendará venderlo en el surtidor, ajustado al PPI.

No han habido señales de ningún tipo en cuanto al valor al que ANCAP podría comercializarlo a las distribuidoras, así como de los márgenes que supondrán para quienes intervengan en la cadena, más allá de anuncios de necesarios ajustes en los gastos de la petrolera, algunos trasladados al costo actual de los combustibles, como por ejemplo la Nafta Super 95, cuyo precio en puerta de planta es de 19 pesos (un 35 por ciento del costo del litro).

¿QUIÉN ABSORVERÁ LA BAJA DEL PRECIO?

Surgen dos preguntas ¿realmente ANCAP tiene paño para recortar de esos 19 pesos, tomando en cuenta el petróleo, los gastos operativos, administrativos y de refinación?

¿En caso de que no se pueda reducir este costo, la anunciada y prometida baja de los combustibles por parte del gobierno, será absorbida por las distribuidoras o los estacioneros?

A esa pregunta hasta el momento nadie ha respondido, salvo el propio presidente de la petrolera estatal Alejandro Stipanicic, quien con su advertencia a los senadores de la Comisión de Industria y Energía, que la nueva fórmula de URSEA en cuanto a que este cambio “supone un cambio radical en la ecuación del ente”, prendió una luz amarilla.

La URSEA por su parte ha presentado algunos documentos y consultas públicas –de las que Surtidores ha dado cuenta- con una serie de fórmulas, cifras y enunciados de altísimo nivel técnico y profesional, pero que no arrojan certidumbre a la población en cuanto al precio final del combustible, que en definitiva es lo que realmente importa.

SOLO ACADÉMICOS

En este sentido y por dictamen de la LUC se creó un grupo de expertos para analizar el tema del combustible, todos vinculados a “la academia”, pero sin experiencia comercial.

El Ing. Walter Sosa director de ANCAP por el Partido Frente Amplio, reclamó la presencia del ente en este grupo. Sosa aseguró al matutino EL OBSERVADOR que “resulta imposible aceptar que una nueva regulación sea proyectada sin la participación del ente”.

ESPAÑOLA DISA APUESTA A LA COMPETENCIA

Quien también se refirió al tema de la liberalización del combustible en su distribución secundaria, fue el director de Desarrollo Internacional del Grupo Disa, Javier de Argumosa, quien ante la pregunta si este cambio en las reglas podía ser una amenaza para el negocio en Uruguay, señaló al mismo matutino que “como compañía con 86 años de operación en el mercado de combustibles libres, estamos acostumbrados. Es más, nos gusta la competencia porque es sana y nos ayuda a todos a mejorar y crecer en la calidad del servicio”.

El jerarca de DISA dijo estar confiado en que el nuevo esquema brinde la certeza jurídica para poder operar de manera “exitosa” y “eficiente” en el mercado de combustibles local.

Fuente: Surtidores