Coactiva, filial del grupo Polpaico, es la única plataforma en Chile que transforma residuos industriales en combustibles alternativos sólidos, a través del coprocesamiento, evitando que los desechos que no pueden ser reciclados, como cosméticos, fármacos, tabaco, fitosanitarios orgánicos, entre otros, lleguen a vertederos, transformándolos en energía sustentable que utiliza en los hornos de cemento de su planta Cerro Blanco.
Oly Chirino, gerenta de Coactiva, señala que el combutible alterno sólido que producen con los residuos “ha contribuido a lograr una sustitución energética del 13% del combustible fósil tradicionalmente usado”, por lo que destaca que se han planteado la meta de llegar al 30% de sustitución a 2025.

Gestión

La empresa gestiona un promedio de 25.000 toneladas de residuos al año, los que provienen de distintos sectores industriales, como billetes que salen de circulación; productos de la industria de alimentos y cosméticos vencidos o que están por vencer; residuos que son decomisados en el aeropuerto por el SAG; insumos médicos, material proveniente de laboratorios farmacéuticos, entre otros.

En todos estos casos, el coprocesamiento es una alternativa intermedia entre el reciclaje, la incineración, el vertedero o relleno de seguridad, que implica ahorrar energía, reciclar materiales y reducir el impacto ambiental. En ese sentido, es una opción sustentable para todas aquellas empresas responsables con el medio ambiente que se han impuesto metas ambiciosas por no llevar sus residuos a estos lugares, así como para la generación de combustibles alternativos en la producción de cemento.

Según Oly Chirino, la filial de Polpaico está estudiando distintas tácticas y alternativas para la incorporación de neumáticos en el proceso de coprocesamiento, dado su nivel energético relevante: un kilo de neumático equivale a un kilo de carbón. “Además, como tiene caucho natural, tiene un componente de 20% o más de carbono neutral”, sostiene.

De acuerdo con las cifras publicadas por el Ministerio del Medio Ambiente, en Chile se generan más de 130.000 toneladas de NFU cada año, de las cuales 17% tiene algún tipo de manejo sustentable. Sin embargo, el restante 83% de los NFU generados cada año no tiene destino conocido, lo que constituye un problema ambiental que, con una regulación adecuada, puede convertirse en una gran oportunidad para aprovechar el valor material y energético de los NFU.

Fuente: EI