Somos testigos de la mayor transformación en la producción y consumo de energía en este siglo. Los avances tecnológicos han permitido la inserción creciente y más competitiva de fuentes renovables y no contaminantes en el suministro energético global.

Al mismo tiempo, la sociedad reclama cambios urgentes en la forma en que generamos y consumimos energía, fruto de una creciente preocupación por la sostenibilidad del planeta.

Brasil es un país privilegiado en este sentido. Según datos del Balance Energético Nacional 2020, publicado por la Empresa de Investigación Energética (EPE), el 46,1% de la matriz energética brasileña proviene actualmente de fuentes renovables, siendo la biomasa de caña de azúcar la segunda fuente de energía consumida en el país, con un 18%. , solo superada por el petróleo y sus derivados, cuya participación es del 34,4%.

La transición a una economía baja en carbono es una tendencia inexorable. Sin embargo, todas las fuentes de energía tienen sus atributos de valor que, bien utilizados, pueden resultar en beneficios económicos, con sostenibilidad y respeto por el medio ambiente. En este sentido, la integración del sector azucarero-energético con la industria del gas natural tiene el potencial de apalancar los resultados en el campo y también contribuir a la reducción de las emisiones de CO2.

El proyecto Ciudades Sostenibles, desarrollado en alianza entre la empresa responsable de la distribución de gas natural en el Noroeste del Estado de São Paulo (GasBrasiliano) y una planta de azúcar y etanol ubicada en Narandiba / SP (Usina Cocal), es un claro ejemplo de lo que estamos hablando.

La planta está invirtiendo R $ 130 millones para producir biogás y biometano a partir de vinaza y torta de filtración, subproductos del proceso de producción de etanol. La distribuidora pretende invertir R $ 30 millones en la construcción de una red de distribución de gas que hará que el biometano llegue a la población de Presidente Prudente y Pirapozinho. El proyecto de construcción de la red se encuentra en etapa de planeación y está pendiente de aprobación por parte del organismo regulador para que pueda ser ejecutado y, de aprobarse su ejecución, las comunidades de estos importantes municipios del Noroeste de São Paulo tendrán a su disposición una nueva opción energética, limpia y principalmente renovable. , al mismo tiempo que se generará una nueva fuente de ingresos para la planta.

Sin embargo, no es solo por la posibilidad de distribuir biometano que la integración entre las dos industrias ha demostrado ser ventajosa. El potencial del uso de gas natural para reemplazar el diesel en vehículos y equipos agrícolas de plantas es relevante. Tecnologías como las aplicaciones diesel-gas y 100% gas ya están disponibles y consolidadas para flotas de camiones, con resultados en pruebas que demuestran la viabilidad técnica y económica de la aplicación.

La sustitución del diésel en otros equipos agrícolas, como cosechadoras, tractores y motobombas, es más un desafío logístico de abastecimiento que tecnológico, ya que este equipo permanece en operación gran parte del tiempo en los campos de caña. Sin embargo, este desafío puede superarse con soluciones creativas que ya se están explorando y probando. Yendo más allá en el camino hacia la sostenibilidad, el gas natural y el biometano son totalmente intercambiables, y este último también se puede utilizar en flotas de plantas pesadas con el mismo nivel de eficiencia que el gas natural.

Otro potencial a explorar de esta integración es la posibilidad de incrementar los ingresos por la venta de energía eléctrica con la quema combinada de gas (natural o biometano) y biomasa. La Planta Híbrida, como se le denomina, permite una mayor generación de energía eléctrica con la misma cantidad de bagazo, además de posibilitar la generación de energía prácticamente todo el año y no solo durante la zafra. Se estima que la generación de energía excedente disponible para la venta puede duplicarse con la adopción del ciclo híbrido en las plantas.

En definitiva, la Planta Híbrida consiste en la introducción de una pequeña turbina de gas, cuya energía aumenta la temperatura del vapor producido por la biomasa y, en consecuencia, su capacidad para producir energía mecánica en la turbina de vapor. Esta ganancia se puede obtener con el uso de gas en entornos para recalentar vapor fuera de la caldera de biomasa y también para recalentar el agua y el aire de alimentación. Dicha tecnología permite que la biomasa y el gas sean viables, integrados técnica y económicamente en un mismo ciclo termodinámico con ganancias de eficiencia en la generación de energía eléctrica.

En resumen, el biometano se puede utilizar como sustituto o combinado con gas natural en todos los procesos descritos. Entonces: ¿Por qué la necesidad de conectar las plantas a las redes de distribución de gas natural? Aquí volvemos al principio del artículo. Cada fuente de energía tiene sus atributos de valor y la transición energética será tanto más eficiente a medida que estos atributos se utilicen mejor.

El gas natural es la fuente más limpia entre los combustibles fósiles y su cadena de suministro global garantiza la competitividad, la seguridad y la estabilidad del suministro. El biometano es una energía limpia y renovable, que ayuda a solucionar uno de los problemas medioambientales actuales de las plantas: la eliminación de la vinaza y la consiguiente liberación a la atmósfera del metano que contiene.

Las tecnologías actualmente utilizadas han mostrado gran éxito en la producción de biometano, sin embargo las variaciones en esta disponibilidad pueden ocurrir debido a varios factores, como la fluctuación de la mezcla de producción de azúcar y etanol, factores exógenos que pueden afectar la productividad del proceso biológico, condiciones climáticas y incluso la necesidad de paradas programadas de mantenimiento de la planta.

Así, la conexión a la red de distribución de gas natural aporta estabilidad energética y seguridad a la planta, que puede, al mismo tiempo, inyectar biometano a la red y vender el excedente en épocas de mayor disponibilidad, utilizando gas natural de red de distribución como lastre en sus contratos con clientes finales, o incluso utilizar gas natural en procesos internos cuando sea necesario. Es la integración la que crea valor para el campo, la industria y la sociedad.

Finalmente, la inminente apertura del mercado de gas en Brasil abre una ventana de oportunidad para que las plantas se conviertan en importantes proveedores de gas renovable al sistema, al tiempo que se benefician de una infraestructura física de ductos que les brindará estabilidad y seguridad de suministro. suministro para participar en este mercado y también para sus demandas internas. Tenemos en nuestras manos la posibilidad de crear un mercado líquido y competitivo para el biometano, a gran escala, que, a su manera, también contribuirá a impulsar el mercado de gas brasileño. Este es el momento y el momento de la integración del sector azucarero-energético con la industria del gas natural.

Fuente: TN Petroleum