En nuestro trabajo anterior, mencionamos la necesidad de que el país planifique el sector energético nacional sobre un horizonte de 50 años.
Para seguir, mediante varias publicaciones, presentaremos algunas líneas estratégicas para iniciar la elaboración de un Plan Energético Nacional (PEN) con horizonte de corto, mediano y, principalmente, de largo plazo.

Creemos que el PEN puede constituir una especie de “hoja de ruta” para que las autoridades del sector apliquen, en el actual o en el futuro gobierno, políticas sólidas, progresistas y coherentes para las necesidades del sector energético nacional y de la población en general.

Las siguientes propuestas ofrecerán delineamientos para que las instituciones públicas juntamente con la participación privada y la activa colaboración de las universidades transformen al país, por un lado, en un gran emporio laboral y, por el otro, lo aleje de la crisis energética y lo mantenga en la vanguardia tecnológica en el sector.

Las propuestas no buscan limitarse a las que citaremos; por el contrario, está abierta a incluir otras y de todos los sectores de la sociedad. Ellas son: xx-La construcción de línea(s) de transmisión con capacidad de intercambio nacional e internacional de alta capacidad.

Las líneas de transmisión de alta capacidad son las encargadas de transportar la energía producida en las centrales generadoras, por lo general distante de los centros de consumo, hasta las proximidades de los puntos de carga. Su construcción puede llegar a demandar algunas decenas o centenas de millones de dólares, razón por la cual deben obedecer una rigurosa planificación.

Estamos en las puertas de una nueva negociación del Anexo C de Itaipú y ya se oyen consejos absurdos que recomiendan construir líneas de 500 kV para hacerle creer al Brasil que podemos traer todo nuestro 50% de la energía que nos corresponde en Itaipú. Este argumento nos pondría en ridículo ante nuestros socios, pues es bien sabido: primero, que las líneas de transmisión solo transportan energía, segundo que la energía no se puede almacenar en grandes cantidades y, tercero, que la demanda o el consumo no se genera por decreto u orden superior.

Para planificar la construcción de líneas de transmisión se debe tener clara la visión del país que se quiere para el sector energético, en palabras sencillas, se debe definir si se quiere utilizar la energía para desarrollar el país, se quiere transformar el país en un exportador de energía, o ambas cosas en menor dimensión inicialmente.

En la primera opción se debe planificar en el país centros o polos de desarrollo hacia donde deben converger las líneas de transmisión. En estos polos, a la atracción de la disponibilidad de energía, el Gobierno debe incentivar la implantación de grandes industrias y comercios a través de políticas de incentivos.

En la segunda opción se debe proyectar la interconexión con los países vecinos a través de líneas de transmisión de alta capacidad. En esta alternativa parece evidente la construcción de líneas que unan Itaipú y Yacyretá. A esta opción deben acompañar tratados internacionales que permitan la utilización de las líneas de transmisión de los países vecinos para llegar a otros mercados, como el uruguayo o chileno, y lo más importante, que los beneficios sean distribuidos en forma atractiva entre los países involucrados.

La tercera opción, posiblemente la más atractiva para el país, solo que se muestra un poco difícil hoy debido a la crisis eléctrica que nos va a arrollar en breve, luego, esta alternativa debe ser apoyada por otra planificación, igual o más importante, que es la construcción de nuevas grandes centrales generadoras.

Para concluir, apunto lo que no se debería realizar hoy: construir nuevas líneas de transmisión, sin planificación, que partan de Itaipú con destino a la gran Asunción. El gran mercado consumidor representado por la gran Asunción está saturado en todos los aspectos. Paraguay es todo el territorio nacional y no es solo alrededor de Asunción y Central.

Ampliar la matriz energética nacional para incluir otras energías renovables

La matriz energética, conceptualmente, es una representación cuantitativa de la totalidad de energía que utiliza un país e indica la incidencia relativa de las fuentes de las que procede cada tipo de energía, que podría ser: hidráulica, nuclear, solar, eólica, biomasa, geotérmica o combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón.

La matriz energética del Paraguay se caracteriza por una elevada oferta de energía primaria de origen renovable y local, específicamente la hidroenergía y biomasa. De acuerdo con datos actuales, el 52% de esa oferta correspondió a hidroelectricidad y el 30% a la biomasa (leña, carbón y residuos vegetales).

El 18% restante fueron hidrocarburos. Sin embargo, analizando el consumo final, la biomasa ocupa el 54% de la energía consumida en el país, el 16% la electricidad y el 30% los hidrocarburos.

Los porcentajes de consumo arriba mencionados deberían preocupar a las instituciones responsables del sector y si no se preocupan es porque no existen o desconocen sus funciones.

No obstante, veamos el motivo de esta preocupación: en el sector electricidad, la demanda continúa con una carrera ascendente, contrario a la oferta que está paralizada hace años, hecho que desencadenará una crisis de electricidad aun en esta década.

En el sector de biomasa se mantiene un déficit histórico entre la excesiva demanda de biomasa contra su escasa oferta (biomasa sostenible), lo cual resulta en un alto consumo de madera proveniente de los bosques nativos, hecho que desencadena un proceso de degradación de los bosques remanentes. En pocas palabras, la falta de planificación en el sector nos encamina hacia un país carente de bosque nativos.

En el sector hidrocarburos, estamos aún peor, no tenemos fuentes conocidas ni de petróleo, ni de gas natural y sobre la demanda tampoco tenemos políticas coherentes. Aceptamos vehículos viejos y en desuso de países industrializados para integrar nuestro parque automotor público o privado.

La dependencia de estas tres fuentes energéticas permanecerá aún por décadas en nuestro país. Aún así es necesario planificar una nueva matriz energética para un largo plazo, principalmente considerando, por un lado, que el país puede quedar sin bosques y, por el otro, que el petróleo puede asumir valores prohibitivos por su falta a escala mundial.

Entre las nuevas fuentes energéticas cuya investigación se debe impulsar se tienen: biocombustibles, energía eólica, energía solar y, en un horizonte temporal más alejado, la energía nuclear.

La producción de biocombustibles le permitirá reducir considerablemente su dependencia de usos de los productos derivados del petróleo. Además de mejorar considerablemente la calidad de vida de los paraguayos mediante la reducción de la emisión de gases contaminantes a la atmósfera.

La energía eólica o energía proveniente de los vientos no ha tenido mucha difusión en Paraguay, por lo menos en lo relacionado con la generación de electricidad. Su disponibilidad (y la variabilidad de esta) es determinante en la factibilidad de su uso como fuente renovable.

Algunos estudios preliminares realizados en distintas regiones del país demostraron la posibilidad de su utilización, pero para confirmarlos definitivamente como alternativa de fuente aprovechable, se deben realizar estudios más detallados con alturas variables de colocación de sus paletas.

El aprovechamiento de la energía solar en el Paraguay ha tenido poca difusión aún. Existen varios estudios preliminares en las universidades, pero ninguno avanzó a la etapa de ejecución, es decir, permanecieron a nivel experimental. Estos estudios se concentran en la opción solar térmica, principalmente para calentamiento de agua en las residencias o como sustitutos de los combustibles de biomasa en la cocción de alimentos.

También existen algunos estudios de su uso alternativo entre los que podemos citar los secadores solares.

La información que contienen estos estudios es categórica en un sentido: la energía solar disponible en el país es abundante y de niveles aptos para cualquier aplicación. Se necesitan más recursos para investigar en este prometedor sector.

Próximas entregas

Para no cansar al lector, el día de hoy hasta aquí llegamos, prometiendo que en próximas entregas trataremos los siguientes temas, entre otros:

- Uso eficiente de la energía eléctrica. xx- La maquinación del Yguazú con aumento de su capacidad de suministro de energía.

- La construcción de la central en el vertedero Aña Cua de Yacyretá.

- La construcción del sistema derivación de agua desde el embalse de Yacyretá hacia nuestro territorio, para riego. En Paraguay dicha obra se conoce como la obra del “Puente Canal”.

- La construcción de varias grandes centrales sobre el río Paraná, con la utilización de la tecnología de turbinas horizontales.

- Obras de transporte ferroviario eléctrico que permitan establecer secuencialmente conexiones entre la capital del país y zonas extremas, como ser Pilar, Encarnación, Ciudad del Este, Salto del Guairá, Pedro Juan Caballero, Concepción y Mariscal Estigarribia.

- Obras que permitan la electrificación rural sustentable.

- Instalación de polos industriales próximos a las grandes centrales.

Fuente: ABC