El viernes 28 de agosto, el ministro de Energía y Recursos Naturales no Renovables, René Ortiz, anunció la fusión de Petroecuador y Petroamazonas para crear la Empresa de Energía del Ecuador EP -nombre aún en discusión- y aseguró que en un primer momento no existirían despidos. Cuatro días después, el gerente general de Petroecuador, Pablo Flores, comunicó que renuncia a su puesto.
En una carta a la que tuvo acceso EXPRESO, Flores señala que entre los principales motivos para su salida están las discrepancias mantenidas con Ortiz por la asignación de seguros. El proceso de contratación de Petroecuador no ha sido exitoso desde 2016, cuando se firmó el último contrato con Seguros Sucre.
Desde ese día se han hecho 17 extensiones de contrato con la misma empresa de origen estatal. Desde el mes pasado hay un nuevo intento de aseguramiento.Luego de la sesión de directorio, Ricardo Merino fue nombrado como gerente de la estatal. El ministro Ortíz le solicitó que cumpla con una contratación transparente de un seguro multiriesgo.
No fue la única diferencia. Flores cuestionó algunas de las últimas disposiciones gubernamentales. Sobre la fusión, por ejemplo, él explicó que Petroecuador tiene deudas y balances financieros desordenados que complican la unión. Esos pendientes no se podrían resolver hasta diciembre. La nueva petrolera, según el ministro, iniciará operaciones en enero del próximo año. La salida de Flores significa la primera de varias salidas que se verán en los próximos meses. Ortiz dijo que se respetarán los derechos laborales, pero que se tomarán medidas cuando exista una duplicidad de funciones.
La posibilidad de despidos por puestos repetidos es alta porque Petroamazonas tiene miles de trabajadores que, en algunos casos, cumplen roles similares a los que ya existen en Petroecuador. En la fusión, según la decisión ministerial, Petroecuador absorberá a Petroamazonas.Las dos petroleras suman 10.496 funcionarios. De ese número, el grueso está en Petroamazonas. Hasta julio, la empresa contó con 6.764 empleados. La mayoría en actividades de campo y ligadas a la exploración y explotación de crudo. Sin embargo, existe un porcentaje que tiene responsabilidad en cuestiones administrativas.Los otros 3.732 corresponden a Petroecuador. Del total, más de 1.000 cumplen funciones administrativas. Ahí existiría la duplicidad.
El resto tiene funciones de refinación, comercialización y transporte de crudo. Esas actividades son nuevas para Petroamazonas y se complementarían en la superempresa.A las dificultades de personal se suman procesos en marcha. Petroecuador prepara una demanda contra Odebrecht por las fallas en obras de gas licuado de petróleo en Azuay.Petroamazonas, por su parte, lleva adelante la producción del 80 % de los campos petroleros del país -23 campos en todo el territorio nacional- y lidera los trabajos en el Bloque 43, parte del Yasuní.
Ese sector está en medio de una expansión y de la posibilidad de ampliar el número de pozos para incrementar la producción diaria.Actualmente, la petrolera estatal tiene un promedio de 413.000 barriles diarios. Una cifra que se afectó por las roturas de los oleoductos y la caída del precio del crudo a propósito de la emergencia sanitaria mundial derivada de la propagación del coronavirus.
FUENTE: EXPRESO - ECUADOR