A pesar de que la energía es un punto clave para que la gestión de un hospital sea eficiente, el Gas Natural, un recurso nacional, ha estado lejos de estos centros de salud.
En un tiempo de cambios como el que vivimos, migrar al Gas Natural —un combustible seguro, rendidor y que genera ahorros de hasta 50%, si se le compara con el GLP o el diésel— es una oportunidad para ganar eficiencia en el sistema de salud, en beneficio de los peruanos.
“En el hospital, uno de los servicios con más consumo de energía es la lavandería. Si no tuviéramos el vapor producido por los calderos que usan Gas Natural, estaríamos consumiendo energía eléctrica, lo que encarecería nuestros costos de funcionamiento”, señala Jorge Becerra, jefe de la Oficina de Servicios Generales del Hospital del Niño de Breña, que cuenta con Gas Natural desde 2013.
Hoy, solo doce hospitales estatales utilizan Gas Natural. Entre ellos, el hospital Guillermo Almenara (Essalud) alcanza el mayor ahorro anual, con casi un millón y medio de soles, seguido por el hospital María Auxiliadora y el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), con más de S/700 mil soles de ahorro cada uno.
El caso de las clínicas privadas es distinto, pues gran parte de ellas solicitaron la instalación de Gas Natural ni bien llegaba la red a su zona de operación. En el Estado, las decisiones no han sido tan rápidas. Martín Gutiérrez, director de la Unidad de Comercios, Industrias y Grandes Clientes de Cálidda, cree saber por qué. La regulación para convertir un establecimiento es bastante exigente y toma tiempo, comenta, y los hospitales naturalmente están enfocados en los problemas de salud. “Por eso, hemos creado un equipo especializado en hacerse cargo de todo el proceso, para ayudar a los hospitales en este cambio de matriz energética”, explica.
Estos centros de salud no necesitan invertir en la instalación, pues Cálidda ha diseñado un esquema que resulta favorable para los hospitales:
– Cálidda evalúa el consumo promedio del combustible que usaba el centro de salud.
– Luego diseña la conversión y la adecuación para recibir el Gas Natural, y fija un precio por este servicio.
– Durante los siguientes meses, Cálidda cobra al centro de salud el monto promedio que estaba acostumbrado a pagar. La diferencia entre el consumo anterior y el ahorro que implica el uso de Gas Natural se destina al pago del servicio de instalación, hasta completar el monto.
Una vez cancelado el pago, el hospital podrá notar el ahorro que genera el Gas Natural. Otra ventaja: los hospitales cuentan con una de las tarifas más bajas del mercado por este servicio.
ENERGÍA PARA TRANSFORMAR Los hospitales trabajan las 24 horas, y cualquier falla en el suministro es un riesgo demasiado alto. Al respecto, el Gas Natural ha resultado ser para estos centros médicos un combustible confiable y seguro. En caso de fuga, el gas se disiparía en el aire sin ocasionar accidentes; y si un día fallara la distribución —algo que hasta hoy no ha ocurrido—, los hospitales seguirían recibiendo Gas Natural, por tratarse de un rubro esencial.
Martín Gutiérrez señala que el uso de Gas Natural en un hospital es muy parecido al de una industria. El gas hace que funcionen los calderos de la sala de máquinas del hospital, donde se calienta agua y se produce el vapor que luego se consume en la lavandería, en la cocina y en la esterilización de material quirúrgico.
En el INEN —donde se atienden a diario 1500 pacientes con cáncer y, hasta antes de la pandemia, se realizaban unas 180 quimioterapias por día— hay diez salas de cirugías y tres autoclaves, unas máquinas que funcionan a alta presión y en las que se esteriliza el instrumental utilizado. Por estas razones, la energía demandada por esta institución es muy alta. En comparación con el uso exclusivo de petróleo para sus calderas, ahora el INEN ahorra un 50% en gastos de energía y prescinde de los dos tanques de petróleo de 1400 litros que utilizaba anteriormente.
Dustin Paz, jefe de la Unidad Funcional de Ingeniería y Mantenimiento del INEN, destaca también que el Gas Natural no desgasta los equipos, como el petróleo. “No genera hollín en las calderas y, por eso, aumenta el plazo para darle un nuevo mantenimiento”, sostiene. El mantenimiento general ha pasado de seis meses a un año, lo que implica un gasto menor.
La migración a Gas Natural ya está encaminada para algunos centros de salud estatales. Cálidda iniciará la conversión del Hospital de Emergencia de Villa El Salvador (MINSA), estimando un ahorro aproximado de S/380 mil por año. Por el lado de Essalud, se sumarán los hospitales Alberto Barton (Callao) y Guillermo Kaelin (Villa María del Triunfo). Este proyecto, que generaría en conjunto un ahorro de S/500 mil al año, contempla la conversión de los sistemas de calderas y las áreas de cocina, así como un sistema de aire acondicionado a Gas Natural. Son buenas noticias: ahorra el Estado y ganamos los peruanos.
Fuente: Calidda - Perú