El gobierno nombró la comisión Ali Rodríguez Araque para que le presentara las soluciones al problema petrolero. Su conclusión fue que el camino a la recuperación de la industria petrolera venezolana es la privatización. Inaceptable conclusión por ser 100% contraria a la estatizacion y control por el Estado independientemente de quien lo dirija.
El gobierno, aún poseyendo las instalaciones y plantas refinadoras necesarias, ha demostrado, la imposibilidad operativa, para detener la caída de la producción y producir los mínimos requerimientos de gasolina, gas y otros derivados.
La oposición, dividida, pide más sanciones al gobierno, para limitar el suministro externo de gasolina y gas que van directamente a perjudicar, a la población y no a los dirigentes gubernamentales, los más importantes, ya sancionados.
Las encuestas reflejan, que la desaprobación de la gestión pública supera 3/4 partes de la población. Pero, no se observa ninguna intención del Gobierno, en modificar sus consistentes actuaciones anti democráticas.
Tampoco la oposición capitaliza el descontento popular, al estar desunida y enfrentada, entre líderes y voceros, y sin un claro mensaje para entusiasmarla. Que sea real y solo ofrezca, sudor, (trabajo), ya que la sangre y las lágrimas han sido derramadas.
Igual sucede con la descontenta clase obrera, arrepentida por el fracaso de la estatizacion , ahora se manifiesta públicamente, por varios importantes sindicatos CVG, Magisterio, y últimamente el petrolero.
El sector privado, a través de Fedecámaras, debe liderizar con los representantes sindicales soluciones, para la sinceración de sueldos y salarios, dólarizandolos al cambio, tomando en consideración, las limitaciones de leyes laborales.
Debemos convencernos que no se debe seguir esperando, al día después, ya que, el día es hoy y adelantar, y se debe llegar a soluciones que unan al país. La obligación es acordarse, sin tanto inútil protagonismo y cooperar para detener la autodestrucción petrolera y del país.
Fuente: El Universal - Venezuela