Es un organismo creado por una ley provincial, que tiene un directorio conformado por el sector público y el privado. “Eso le da una fuerte nivel de representatividad a la hora de diseñar políticas”, destacó Julián Cervera, gerente general de la entidad.
“El sector de los hidrocarburos es el más importante, pero trabajamos para generar actividades renovables a partir de la renta que generan los recursos no renovables”, aseguró el funcionario.
Periodista: ¿Cómo están las pyme de Vaca Muerta?
Julián Cervera: A partir del decreto de Mauricio Macri de agosto del año pasado la actividad empezó a contraerse, se levantó el pie del acelerador y bajó el nivel de actividad y las fracturas en la cuenca. Con la pandemia, y por la caída en el consumo de combustibles, recibió el knock out. Pasamos de tener unos 35 equipos trabajando a cero.
P.: ¿Cómo afrontan esta situación?
J. C.: La mayoría de las empresas están en un proceso de revisión de contratos para ver los costos. La propuesta era ajustar los contratos a la baja para ir a un nivel de actividad donde trabajen todos, y con un nivel de costo menor al prepandemia. Esto provocó la apertura de mesas de negociación, donde las empresas locales están participando. Hay empresas que adecuaron su oferta de servicio al nivel de costo que buscaba la operadora y otras que no, porque ya venían trabajado con márgenes muy bajos.
P.: ¿Todas se pudieron adecuar?
J. C.: Las pymes con más cantidad de personas es más difícil acomodarse. Si se ofrece un servicio 30% más barato, es difícil. Hay empresas con 120 empleados, que ahora operan con guardias mínimas y 20 trabajadores. Las pymes hacen un esfuerzo muy importante para mantener la mano de obra, porque no se puede despedir. Están con niveles de 20% o 25% con un plantel al 100%. Por eso dialogan y negocian con las operadoras qué hacer con la capacidad ociosa, y las operadoras están colaborando, para ver como insertase en los pocos servicios que se recuperar.
P.: ¿Cuáles son los principales problemas de las pymes?
J. C.: El principal componente de las empresas de servicios es la mano de obra. Con los niveles de actividad que se venían retrayendo, las empresas empezaron a financiar la falta de actividad con capital propio. Hasta que se certifica un contrato y se cobra pueden pasar 90 o 120 días, y lo bancan las pymes. Venían poniendo la espalda y ahora con la pandemia, las empresas atraviesan un período de descapitalización. Esto es un componente central, porque no hay capital para financiar la recuperación y van a tener que salir a financiamiento bancario o en el mercado de capitales, pero no es fácil porque van a tener balances complicados y mucha deuda con el fisco. La reinserción de las empresas en la curva ascenso va a ser muy complicada.
P.: Pareciera que esa reactivación se empezó a despertar?
J. C.: A partir de la recuperación en el precio del petróleo, que el Brent llegó al nivel del barril criollo, empezamos a ver un pequeño nivel de recuperación en parte de las operadoras, pero todavía es muy tenue. Shell tenía previsto reactivar tres equipos y por ahora fueron dos. YPF es la que mueve todo. Una vez que activa desparrama a todas las empresas. El nivel de trabajo de las empresas locales que no son YPF, si bien se contrajo, se ha mantenido.
P.: Las exportaciones fueron un aliciente, ¿cree que debería apuntarse al mercado externo?
J. C.: Vaca Muerta no se puede desarrollar si no se exporta. No debe ser una excepción, debe ser la regla. La ley de autoabastecimiento garantiza el mercado local. Como muchas empresas estuvieron produciendo, con el precio muy bajo, lo acumularon y no salieron a venderlo porque no les convenía. Hoy hay un sobre-stock, pero como no hay donde guardarlo, salieron las autorizaciones de exportaciones muy rápido porque no tenían donde almacenarlo. Pero cuando el consumo interno se empiece a recuperar, la ley fija la provisión y establece permisos para exportar, y eso puede generar un conflicto intrasector entre las petroleras integradas y las que no.
P.: Un conflicto por abastecer el mercado interno, sin descuidar el externo...
J. C.: La capacidad de producción y en guarda de crudo está sobrada. Lo ideal sería que una vez que se recuperar el consumo interno se siga exportando. Así, las empresas que planean inversiones tendrán certeza en base al precio internacional que van a poder exportar. Vaca Muerta debe abastecer el mercado local y el de exportación. Por eso es central que la exportación pase a ser una regla, y no una excepción.
P.: ¿Qué panorama ve hasta fin de año?
J. C.: Soy muy optimista. Veo que tocamos un piso, que va a haber una recuperación y que hay proyectos que son muy interesantes, como trabajar el gas licuado o el nuevo Plan Gas, que va a agregar certidumbre a esa producción. En Neuquén se produce más del 50% de gas total que se consumen en el país y se pude exportara a Chile. El gas es imprescindible, pero para exportarlo hay que garantizar primero el consumo interno y entre mayo y septiembre no se puede.
Fuente: Ámbito - Argentina