La crisis generada por la pandemia de coronavirus en la industria petrolera nacional e internacional golpeó con fuerza a todas las empresas y en YPF el balance del segundo trimestre reflejó este impacto con un nivel de pérdidas netas de 85.000 millones de pesos, es decir más de 1.100 millones de dólares.
Pero desde YPF se diseñó y puso en marcha un plan para no sólo conducir la nave en las aguas revueltas del temporal, sino estar listos para retomar la marcha en la nueva normalidad que traiga la postpandemia.
“Estamos tomando las medidas necesarias para navegar a corto plazo y capturar el valor a largo plazo”, aseguró el CEO de YPF, Sergio Affronti en la charla con inversores que mantuvo esta semana y en la que se detalló cómo es el plan de recortes para mantener esa nave a flote.
“Hemos estado remodelando la forma en la que trabaja la empresa, impulsando cambios estructurales y rediseñando nuestras operaciones”, indicó Affronti y detalló que “iniciamos un programa de reducción de costos sin precedentes en toda la empresa que apunta a una reducción de costos estructurales del 30%”.
La petrolera de bandera ya había anunciado un plan de recorte interno que comenzó con una rebaja salarial del 10 al 25% para el personal fuera de convenio y continuó con el plan de retiros voluntarios que culmina a fines de este mes.
Desde YPF se anticipó que seguirán con la política de compras mínimas de crudo a terceros. Una parte nodal de ese achique son los más de 10.000 contratos con proveedores que posee YPF. En ese sentido Affronti explicó que “creamos un sistema de más de 150 celdas especiales para revisar los contratos con los proveedores con el objetivo de reducir los costos y mejorar la eficiencia”.
Estos más de 10.000 contratos corresponden en términos económicos, en un 68% al sector del Upstream, un 18% al Downstream y un 14% a contratos corporativos.
Esta renegociación no implica un achique en los montos nada más, sino que lo que la firma apunta es a la eficiencia, para con una inversión menor poder mantener la producción o incluso ampliarla.
En números 85.048 millones de pesos fue la pérdida neta que tuvo YPF en el segundo trimestre de este año por el impacto de la pandemia. Otro de los pilares de este plan de ajuste a la nueva normalidad es la optimización de la forma de trabajo de la compañía, para lo cual se dividieron las vicepresidencias de Upstream. “Al trasladar las oficinas centrales de la unidad de negocio no convencional a Neuquén hemos acercado el proceso a la toma de decisiones. Creemos que esta nueva estructura optimizará nuestras operaciones y generará ahorros en costos relacionados con la eficiencia”, señaló Affronti.
Paralelamente la reducción de las inversiones, que incluyeron el freno total de las actividades de perforación y fractura, también estuvieron en línea con este plan de achique de gastos.
Otro eje del plan está en los trabajadores para lo cual el CEO de YPF recordó que se generó a un “diálogo abierto y franco con los sindicatos para que se adapten a esta nueva normalidad”. La firma aún dialoga con los gremios de Neuquén, Río Negro y La Pampa, pero ya llegó a acuerdos con los de Santa Cruz, Mendoza y Chubut que según explicó “deberían generar ahorros del 10 al 30% en las actividades de perforación, terminación y reacondicionamiento”.
Y enfatizó que “a partir de estos ahorros concretos nos estamos preparando para reanudar la actividad en estas provincias en los próximos días y semanas”.
En el segundo trimestre del año la desinversión, o venta de activos como una parte de Bandurria Sur y de un bloque offshore, generaron un aporte extra de dinero. Es por esto que el CFO de YPF, Alejandro Lew, advirtió que “la generación de efectivo a través de la desinversión en activos no esenciales debería aliviar nuestras restricciones y permitir un despliegue más rápido de recursos en gas y petróleo”.
Lew sostuvo que “tenemos algunos activos que son marginales para nosotros y no agregan valor material. Actualmente estamos evaluando algunas alternativas”, aunque de momento no hay ninguna venta en puerta.
La hoja de ruta en la tormenta
Pese a la extensión de la pandemia, desde YPF se advirtió que aún se navega en aguas inciertas. Y es por esto que se planteó una hoja de ruta especial mientras el panorama de la industria siga sin ser claro.
En ese camino se destacó como un punto clave mantener los valores de endeudamiento de YPF dentro de niveles sostenibles, en especial luego de los acuerdos que permitieron postergar el vencimiento de títulos por 1.000 millones de dólares.
El segundo eje de trabajo es continuar con el plan de reducción de costos para también preservar recursos para estar listos para una reactivación del sector.
El dato 83 son los pozos sin terminar que YPF posee en Vaca Muerta y que le dan un aire extra para pasar el temporal. Y el tercer punto de esta hoja de ruta es limitar las inversiones de capital a los negocios centrales de YPF que son la producción de petróleo y de gas si se avanza positivamente con el nuevo plan de incentivos.
Con estos planes desde YPF se reconoció que se espera que la producción de hidrocarburos de este año sea menor a la registrada el año pasado. En el segmento convencional se apuesta a recuperar buena aparte de la caída de 20.000 barriles diarios que generaron las guardias mínimas, en tanto que en los desarrollos de Vaca Muerta la firma espera tener una leve reactivación.
El plan de Vaca Muerta
En la nave estrella de YPF en la formación no convencional, en Loma Campana, la compañía está analizando volver a poner en funcionamiento en lo que queda del año dos sets de fractura, para encarar en especial parte de los 83 pozos no completados que posee la firma en petróleo y gas.
Además, estos sets de fractura también se destinarían al área Bandurria Sur en donde se anticipó que esperan que en los próximos meses se reactive el primer equipo de perforación de la compañía en Vaca Muerta.
En tanto que en el segmento del gas, también se advirtió que si el nuevo esquema propuesto por el gobierno avanza de forma positiva –el plan gas 4 que finalmente fue denominado Esquema del Gas 20/24- podrían incorporarse entre dos a cuatro equipos de perforación en el segmento del gas no convencional.
La operadora reconoció que frenó completamente sus trabajos de perforación y fractura de pozos desde el inicio de la cuarentena, en marzo pasado, una situación que hizo que cuente con 71 pozos de petróleo y 10 de gas sin terminar, todos en Vaca Muerta.
Este cúmulo de pozos perforados pero no completados, es un fuelle que YPF podrá usar para, en forma económica, poder combatir el declino e incluso incrementar su producción dado que según explicó Affronti con 230 millones de dólares podrían poner en marcha esos 81 pozos y generar un adicional de 55.000 barriles equivalentes de petróleo por día. Pero ese gap es un fuelle, una suerte de reserva, para pasar el temporal.
Lejos está ahora el horizonte de desarrollo que se había alcanzado antes de la pandemia y que como un símbolo del brutal golpe que representó para el sector se destaca el hecho de que entre esos 81 pozos que quedaron a medio camino, se encuentra el súper pozo de YPF, el pozo más extenso perforado en Vaca Muerta con casi 3.900 metros de extensión que aún espera poder entrar en producción.
Fuente: Rio Negro - Argentina