Las empresas petroleras con áreas en Vaca Muerta están a punto de realizar una nueva exportación. De este modo siguen apostando a mercados en el exterior, para compensar el derrumbe de la demanda interna, de la que el consumo de combustibles aún amesetado es una de las principales variables para la contracción de su producción.
Esta vez, los envíos previstos al exterior suman unos 2.905.980 barriles, de acuerdo a las autorizaciones otorgadas por la secretaría de Energía de la Nación.
Las fuentes consultadas en la industria expresaron que hay unas ocho empresas que realizarán estas exportaciones, saliendo a mercados internacionales, aprovechando los costos y la garantía de suministro en conjunto a través de la contratación de un mismo buque tanque.
El siguiente es el listado de empresas que ultiman los detalles para concretar esas ventas en agosto: Compañía de Hidrocarburo No Convencional (110.000 m3); Pluspetrol (80.000), CGC (42.000); Tecpetrol (60.000), ExxonMobil (40.000), Vista Oil & Gas (80.000), Pampa Energía (10.000); Wintershall (40.000).
La apertura de mercados para el shale oil de Vaca Muerta tuvo dos primeros capítulos en junio pasado y a principios de mes. Ese mes Neuquén dio a conocer que el 20% de su petróleo había sido comercializado en el exterior.
El derrumbe en torno al 50% de la demanda de combustibles provocó una suerte de atolladero: excedentes de petróleo y la falta de lugares donde colocarlo, una tendencia que se reitera en todo el mundo.
Con el precio del barril de Brent por encima de los 40 dólares a nivel mundial, para algunas petroleras que podrían estar necesitando acrecentar su flujo de fondos, los descuentos en torno a los 10 dólares respecto del valor internacional se muestran como una opción.
La apuesta de las productoras es que esa tasa de descuentos (por calidad, transporte y cuestiones impositivas), tienda a disminuir a medida que el shale oil de Vaca Muerta pueda mostrarse como una vía sustentable para la demanda. Al menos, en esta coyuntura excepcional que el escenario internacional atraviesa desde marzo, un mix pesadilleseco de pujas por cuotas del mercado entre potencias productoras que recibió el impacto de las cuarentenas de todo el globo a medida que el COVID-19 se extendía.
Sin embargo, nadie podría decir que ese nivel de precios podría funcionar como un estímulo y una referencia para el mercado argentino, sino más bien como un auxilio en el capítulo argentino de la peor crisis de la historia petrolera mundial.
Tal como lo informó +e, Energía de Nación sumó solicitudes de permisos de exportación al mercado por encima de los 30 millones de barriles, algo equivalente a la producción nacional de dos meses durante un contexto normal: el país produjo en febrero unos 515 mil barriles diarios, el último mes que podría considerarse como de consumo interno normal.
A pedido de provincias productoras, la secretaría nacional encontró formas de hacer algo más viable el otorgamiento de estos permisos. Es así que estas ventas al exterior pueden realizarse siempre y cuando ninguna refinadora local "cruce" esas colocaciones en otros países. Eso es, que ese crudo no sea solicitado en Argentina para garantizar el suministro interno, algo que hoy está muy lejos de ester en problemas, con industrias y parques automotores funcionando a medio ritmo por las restricciones de circulación y la situación económica.
Fuente: Más Energías - Argentina