El secretario de Energía de la Nación, Sergio Lanziani, tiene un proyecto para llegar hasta Puerto Alegre. El Orejano, el primer bloque que entró en desarrollo masivo en el shale gas de Vaca Muerta (YPF).

El secretario de Energía Sergio Lanziani trabaja en un proyecto para llegar con el gas de Vaca Muerta hasta Brasil. La iniciativa se inscribe dentro de un Plan Quinquenal elaborado por el funcionario, y trasciende en medio de dos situaciones: los constantes rumores acerca de su salida del cargo y luego de que el gobierno nacional postergara la licitación del tendido que hasta ahora era la primera opción para la producción neuquina, el gasoducto hasta Salliqueló anunciado en 2019 por el gobierno de Cambiemos.

Los antecedentes cercanos de la nueva obra incluyen una declaración a principios de año del actual presidente de YPF, Guillermo Nielsen, quien en la cumbre de Davos dejó en claro que el gobierno brasilero ponía los ojos sobre el shale gas de Argentina, en un contexto en el que no está del todo claro la capacidad de respuesta a largo plazo que tendrá Bolivia en el suministro de la economía más grande de Sudamérica.

De acuerdo al plan quinquenal, anticipado por el sitio Patagonia Shale, la nueva traza para el gasoducto se fundamenta en la situación de cuello de botella de la producción neuquina. Sostiene que hay un “imposible crecimiento de la producción de gas sin ampliaciones” en los sistemas de transporte y que llevarlo adelante sería una decisión estratégica para la matriz energética argentina.

El futuro de Vaca Muerta tiene como uno de sus grandes alicientes todo el potencial del gas que acumula esta formación geológica, considerada como el segundo reservorio no convencional del mundo.

Sin embargo, al mismo tiempo sobrelleva las continuas crisis económicas del país, por ahora un fuerte impedimento para la infraestructura de transporte que le permitiera acceder a otros mercados.

Es, en definitiva, lo que surge como trasfondo de toda la situación: ¿ese gas quedará en Neuquén y en el mejor de los casos se desarrollará hacia el consumo industrial y residencial de otras provincias? ¿O Argentina adoptará una posición estratégica, logrará controlar sus variables macroeconómicas sin perder mucho tiempo más para llegar con más oportunidades al exterior? Son preguntas centrales en un contexto en el que otros países aceleran en la búsqueda de esas oportunidades.

La nueva traza que ahora trascendió partiría de Tratayén hasta San Jerónimo (Santa Fe) en un primer tramo, para luego continuar hasta Uruguayana (Brasil) y desde este punto hasta Puerto Alegre, hacia el sur del vecino país, una opción que luego ofrecería otras alternativas para la distribución interna.

La obra total, con las tres etapas completadas, costaría unos 1.950 millones de dólares.

Lanziani incluye dentro del borrador del proyecto definitivo un documento elaborado por la consultora Gas Energy a pedido de YPF, que aparece dentro del plan en carácter "No Confidencial".

Fuentes consultadas aseguraron que ese informe no fue entregado oficialmente por la petrolera a la secretaría, que lo toma como un antecedente para el tramo vinculado al escenario gasífero de su plan.

De acuerdo al proyecto, denominado Gasoducto Federal, al cabo de su tercera etapa podría alcanzar una capacidad de transporte de 42 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d). Se trata de un volumen equivalente a casi la mitad de la producción diaria desde Neuquén en el momento de pico de consumo invernal del país.

El tendido incluye la posibilidad de abastecer a otras provincias que quedarían cruzadas por la traza (ver imagen aparte).

Según las estimaciones plasmadas en el borrador del proyecto se podrían exportar hasta 11 MMm3/d a Brasil y otros 10 MMm3/d a Chile. Al mismo tiempo, sostiene el borrador, se podrían sustituir importaciones desde Boliva por entre 4 y 9 MMm3/d en invierno y verano respectivamente.

Todo el sistema está pensado como una llave de acceso al gasoducto GNEA, hacia el norte argentino, un plan cuya culminación ahora el gobierno nacional reflota.

Como una suerte de apéndice no oficial, el documento incluye las consideraciones que recibió YPF sobre ese plan, al parecer solicitado luego del interés manifiesto de Brasil en el gas de Vaca Muerta. El documento data de mayo pasado, por lo que forma parte de un contexto de discusión reciente sobre este tema.

Por ahora el gobierno, en su señales al mercado gasífiero, habla de un plan estímulo que le consiga garantizar el suministro interno en el 2021, a través del Plan Gas 4, un acuerdo de precios de venta para promover inversiones que descompriman los interrogantes de corto plazo acerca de la demanda interna.

La caída en el nivel de perforaciones podría hacerle pasar un mal trago al país si es que no se contiene la declinación natural de la producción con más inversiones en las áreas gasíferas.

Según la posición que recibió YPF de la mencionada consultora, el país corre una carrera contra dos factores. La concreción de la obra tiene como un posible obstáculo el desarrollo de Presal, la enorme cuenca offshore de Brasil que en el mediano plazo podría darle respuestas al mercado interno con grandes cantidades de gas asociado al petróleo que hoy sale de ahí. Hay gasoductos proyectados para el transporte de ese gas, a la espera de un contexto de incremento de la demanda y oportunidades de negocio.

Al mismo tiempo, Vaca Muerta debería seguir profundizando su competitividad. El gas de Bolivia de pozos convencionales, que requieren de una menor inversión, y los suministros de gas natural licuado de potencias productoras, son los otros dos factores que ponen tensión a la concreción del proyecto, al margen de los desafíos económicos que afrontará el país.

Fuente: Más Energías - Argentina