Si la pandemia y el derrumbe de los precios internacionales ya habían significado un duro golpe para las aspiraciones de exportar, desde Bahía Blanca, gas natural licuado (GNL), días atrás se produjo otro hecho que podría tener también consecuencias negativas.
A fines de la semana pasada se conoció la decisión del gobierno nacional de suspender indefinidamente la construcción del gasoducto de Vaca Muerta.
Este proyecto no beneficiaba directamente a Bahía Blanca, ya que desde Tratayén debía llegar en una primera etapa a Saliquelló y luego hasta San Nicolás, pero sí lo hacía de manera indirecta porque seguramente iba a aliviar la demanda que reciben los gasoductos que pasan por nuestra ciudad desde el sur hacia el norte, haciendo que fuese más previsible la disponibilidad local de gas natural para varios proyectos industriales.
Primero, en declaraciones al sitio especializado Econojournal.com, el subsecretario de Hidrocarburos de la Nación, Juan José Carbajales, dijo que no estaban dadas las condiciones para el llamado a licitación.
“Pensé que le íbamos a meter pata y cuando pedí los antecedentes me encontré con que faltaban estudios básicos de viabilidad, técnicas, económicas”, explicó.
Luego el funcionario fue más lejos y al diario Clarín le dijo que “el único dato duro que manejamos es que el proyecto se suspendió. No hay otros proyectos alternativos que estemos estudiando”.
“Nuestro problema central ahora no es hacer un monstruo sino ver que llegue el gas a la gente, cubrir el consumo. Con esto no digo que no haya que hacerlo en un futuro, pero no ahora”.
Si bien el proyecto fue lanzado durante la gestión del macrismo, esta obra de 1.040 kilómetros, un costo de US$ 2.000 millones y una capacidad de transporte de 60 millones m3/día de gas, que tenía que estar concluida en 2024, no avanzó mucho más allá de los papeles.
Carbajales dijo que se le bajó el pulgar porque faltaban datos y evaluaciones clave sobre trazado, producción y consumo, así como también de facturación, mecanismos de financiación y clientes para la producción.
Si bien esto no necesariamente impacta sobre el proyecto de construir una planta terrestre de producción de GNL en Bahía, al menos pone en un gran cono de sombras a las ya castigadas expectativas locales por el derrumbe de precios internacionales que generó el Covid-19.
Incluso hay quienes van aun más lejos y señalan que la muy posible caída del proyecto de licuefacción de GNL en la puerto local no debe relacionarse con la baja de los precios internacionales, sino con ciertos errores cometidos durante la gestión anterior.
Sabido es que hace unos días YPF le comunicó a la empresa belga Exmar que “por fuerza mayor” suspendía los pagos del alquiler de la barcaza flotante “Tango” para la licuefacción del gas natural para exportación.
Una de las razones estaría dada por la nula rentabilidad del proyecto, incluso con los precios más altos de venta del GNL registrados antes de la pandemia porque se estima que el costo diario de a barcaza, incluyendo el alquiler, uso de muelle de terceros, étc, es de unos 200 mil dólares diarios y las 5 cargas exportadas no alcanzaron ni por asomo a cubrir los gastos.
Por eso no es de extrañar una pronta partida de la barcaza" y el posible regreso de un buque regasificador que procese GNL importado y lo inyecte a la red en forma de gas natural, sobre todo porque se estima que durante casi una década los precios internacionales de ese tipo de gas no tendrán una recuperación importante..
El martes pasado la empresa estatal Integración Energética Argentina S.A. (IEASA) anunció un récord de precios bajos logrado en las importaciones de GNL y dijo que se obtuvieron los mejores valores en 12 años de historia. Todo esto con un buque trabajando a pleno.
Si bien hay más gas de Vaca Muerta, el consumo industrial ahora está planchado y si no se incentiva la la producción el país podría verse obligado a aumentar las importaciones de GNL ya que los pozos de gas no convencional suelen declinar significativamente su rendimiento en un par de años.
Por eso hay quienes ya se animan a hablar de un posible regreso de un buque regasificador del mismo tipo a los que operaron en Bahía Blanca entre 2008 y 2018 ¿Ficción o realidad? En Argentina todo es posible.
Fuente: La Nueva - Argentina