Con la flexibilización de las normas de confinamiento y la reapertura de tiendas, bares y restaurantes en numerosas ciudades del mundo, los cubrebocas se han convertido en una prenda de uso cotidiano.

Maniquí con tapabocas y pantalla facial
BBC MUNDO

En Reino Unido y otros países de Europa, por ejemplo, muchas marcas de ropa ofrecen mascarillas de tela reutilizables en distintos modelos, patrones y colores. Sin embargo, en las últimas semanas, un nuevo elemento de protección ha empezado a verse en las calles: se trata de un protector o pantalla facial de plástico transparente, que hasta poco solo era utilizado por personal sanitario o en ambientes médicos u hospitalarios.

A simple vista, estos escudos protectores se ven más cómodos que las mascarillas: al no estar en contacto directo con la nariz y la boca se hace más fácil respirar, hablar, dan menos calor y, definitivamente, son menos claustrofóbicos. ¿Pero nos protegen en la misma medida que una mascarilla facial? ¿Podemos remplazar a una por otra?

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