El dato final alcanzó 732.120 barriles promedio día, cifra muy distante a la de mayo del año anterior cuando presentó una producción de 894.519 barriles.
El panorama actual, a diferencia de años anteriores es otro. Las caídas más bruscas en los precios internacionales del crudo y las medidas de confinamiento han desencadenado un problema productivo, pues este dato no se veía desde 2009, cuando en noviembre la producción rozó 725.000 barriles promedio día, dado que a principios de ese año las alarmas estaban encendidas por la caída de las cotizaciones y el aplazamiento de inversiones en proyectos petroleros.
“Esto claramente afecta las finanzas del país, los ingresos, hasta 2019, más o menos 45% dependían de las exportaciones del sector minero-energético, por supuesto la exportación del crudo es un rubro muy importante, y esto finalmente termina afectando la balanza económica del país”, aseguró Carlos Leal, presidente de la Junta Directiva de Acipet.
Además, la producción del combustible ya venía con una tendencia afectada, pues en abril esta fue de 796.164 barriles promedio día, un reporte que se reflejó en la caída de las exportaciones de combustibles, la cual cayó 70%, explicada por la reducción de las ventas de petróleo, productos derivados de petróleo y productos conexos.
Algunas de las explicaciones que da el Ministerio son que el cierre temporal de pozos por los precios internacionales del crudo, la emergencia sanitaria y algunos factores de orden público fueron los causantes del comportamiento negativo de mayo.
No obstante, esta es una caída que ya preveía el Gobierno Nacional, pues la ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez, confirmó hace una semana que la producción petrolera no sobrepasaría 820.000 barriles diarios en este año, una cifra que se traduciría en una caída de 7% frente a 886.000 barriles promedio que se lograron el año pasado.
Un punto a resaltar tiene que ver con las cuentas que hacía el país con el precio del crudo de referencia Brent a US$63,8, pues este panorama cambió tras una ola de precios bajos que deja como consecuencia una disminución en la renta petrolera, y un aumento en el déficit de cuenta corriente del país, que depende en gran parte de la venta del hidrocarburo.
En este panorama de precios, Leal también explicó que muchas de las empresas vieron su horizonte negativo, pues al inicio de año cuando el sector venía con tendencia alcista se hicieron planes y proyectos que hoy no son viables. “Muchos de los proyectos que se tenían planeados de perforación de pozos, de recobro mejorado, que son con los que mantienen la producción de los campos han sido suspendidos”, apuntó.
Fuente: La República - Colombia