Los planes del mandatario para el combustible por el que Venezuela pagó 45,5 millones de dólares con 9 toneladas de oro de la reserva del Banco Central, contemplan una nueva forma de distribución a la población en medio de la escasez y la posibilidad de enviar a Cuba parte de lo recibido.
En medio de un desabastecimiento que se manifiesta en enormes colas frente a las estaciones de servicio, Maduro no ha dejado de enviar tanqueros cargados a la isla. En esta oportunidad se trataría de 100.000 barriles transportados por el tanquero Carlota C, hoy María Cristina, nombre que adoptó después haber sido sancionado por Estados Unidos por romper el embargo.
El buque pertenece a Caroil Transport Marine LTD, empresa controlada por Faustino Rodríguez López-Callejas, hermano del general de brigada Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, poderoso exyerno de Raúl Castro, y quien dirige el conglomerado empresarial de los militares cubanos, Gaesa. Según informe de la rastreadora Marine Traffic, ha estado anclado desde el 31 de mayo en la refinería de Carabobo, El Palito, a donde llegó de puerto Mou, en Cuba tras cuatro días de travesía y donde coincidió con el quinto tanquero llegado de Irán.
En plena cuarentena y escasez, Maduro ha honrado el compromiso establecido por Hugo Chávez desde hace 20 años de abastecer a Cuba a cambio de asistencia médica y política. En medio de airadas críticas de la oposición. En marzo, el combustible llegó a Cienfuegos, La Habana y Santiago de Cuba, según reporte de Petróleos de Venezuela (Pdvsa); en abril siguieron los envíos y aún en mayo, el mes catastrófico de la industria petrolera venezolana, mandó 301.294 barriles según Tanker Trackers, el 10 % de todo lo exportado, cuando solo se produjeron 500.000 barriles diarios, bien lejos de los 3 millones de las épocas doradas.
Desde el 1 de junio la gasolina importada de Irán se empezó a comercializar bajo esquemas nos vistos por los venezolanos en 20 años, cuando sin restricciones la compraban a menos de 10 centavos de dólar por litro. Hoy la gasolina cuesta. “Es necesario tener una revalorización de este producto tan importante... es un producto que hemos comprado en el exterior”, dijo Maduro justificando el aumento. En uno de los esquemas se vende gasolina a precio subsidiado de 2 centavos de dólar con máximo 120 litros al mes (30 galones), para quienes están afiliados con el Carnét de la Patria.
El otro esquema vende la gasolina en 200 estaciones a 0,5 dólares por litro que se pueden cancelar con la divisa estadounidense o con criptomonedas petro, en régimen de pico y placa de lunes a viernes. En el mercado negro y debido a la escasez, se estaba negociando gasolina entre 2 y 3 dólares por litro, un poco más ¡11 dólares por galón!
Las cifras no son fáciles. Con un auto promedio, el venezolano tendrá que pagar al menos 20 dólares para adquirir 40 litros. Como en la actualidad el salario mínimo en Venezuela es de 800.000 bolívares, algo así como cuatro dólares, llenar el tanque le significarán diez salarios mínimos.
La gasolina importada alcanzaría para unas cinco semanas de consumo interno de 350.000 barriles diarios. Sin mandar nada Cuba, cuyos envíos se cuentan como parte del mercado interno, al decir del sindicato petrolero. Pero Irán está dispuesta a seguir vendiendo y enfrentar las sanciones de Estados Unidos. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Mousavi, aseguró que "en caso de que Venezuela nos envíe una nueva solicitud, será atendida", según la agencia de noticias iraní Tasnim.
Por su parte, Venezuela está dispuesta a seguir comprando. Maduro no deja de congratularse por la nueva alianza energética y tan pronto pase la cuarentena tiene planeado ir a Irán para rubricar “un gran acuerdo bilateral” y firmar acuerdos de cooperación con el presidente Hasán Rohaní, que también encara el embargo estadounidense desde el 2018 por abandonar el pacto nuclear. “Estados Unidos nos quiere asfixiar; como asfixió a este joven afroamericano, George Floyd, nos quiere asfixiar aquí, en la yugular", dijo Maduro en una videoconferencia a nivel nacional.
Irán podría enviar de dos a tres cargas mensuales de gasolina a Venezuela, según información revelada por fuentes familiarizadas con el asunto a Reuters. Pero Donald Trump no está dispuesto a dejar que prospere la alianza Venezuela-Irán. En mayo, una entrega final tras la de los 5 petroleros iraníes fue abortada por Estados Unidos.
Dos barcos con bandera griega dieron media vuelta cuando se les avisó sobre las consecuencias de continuar su viaje y romper el embargo. Según The Wall Street Journal, los barcos tomaron rumbo a la costa de Senegal, cerca de Liberia. Porque de haber sido sancionadas, las navieras griegas hubieran perdido acceso al sistema financiero internacional y a las pólizas de seguros que necesitan para seguir operando. A estas alturas, lo que se califica como una ironía es que el país con mayores reservas probadas del planeta, que en sus grandes refinerías fue capaz de producir 3,3 millones de barriles diarios de gasolina tenga que hoy importarla. Y racionarla.
Fuente: Las2orillas - Venezuela