El 27 de noviembre del año pasado, el Licenciado Carlos Grisolía fue reelecto como Presidente de la Cámara Argentina del GNC (CAGNC), entidad que nuclea a empresas que integran toda la cadena de valor de industrias y servicios dedicados al gas natural.
En una entrevista exclusiva para surtidores.com.ar, el directivo habla del impacto de la pandemia sobre el sector, con la expectativa que el año próximo los vehículos de gran porte comiencen a utilizar GNC y el rol que tendrán las bocas de expendio en este cambio.
¿En qué estado se encuentra la industria de los fabricantes de compresores y surtidores de GNC, nucleados en CAGNC?
A partir de la experiencia adquirida inicialmente en el GNC, en lo concerniente a las tecnologías de compresión y tratamiento del gas natural, este sector ha ido evolucionando e incursionando exitosamente en otras áreas, Fuel boosters, estaciones de recompresión para gasoductos, compresores de boca de pozo, licuefacción, biogás, entre otras cosas.
¿Les están llegando cotizaciones de proyectos?
Si, llegan pedidos de cotizaciones de proyectos y también de renovaciones de equipos, en la medida que es de esperar en una situación como la que vive el mundo entero.
¿Cuánto ha caído el mercado y qué expectativas tienen para lo que resta del año?
Este mercado no escapa a las generalidades del caso. La pandemia dejó al mundo casi en stand by (suspenso), pero no destruyó su poderío tecnológico. Esto se va a superar.
Sin embargo sería absurdo pensar que un atleta que pasa cuatro meses en terapia intensiva, al salir de ella, sea capaz de superar las marcas olímpicas anteriores en lo que resta del año. Va a ser un año difícil.
Y sobre 2021, ¿qué expectativas tienen?
Tenemos muchas expectativas. La fundamental es que se ponga en marcha la utilización del GNC en el transporte público y en el pesado.
¿Por qué?
Que el transporte público y el pesado de una vez empiecen a utilizar masivamente el gas natural como combustible, no solamente permitiría vislumbrar la prosperidad de un mercado, sino que además revelaría que por fin empezamos a transitar por un camino de sensatez.
Este es un país que hace 35 años armó una red de 200 estaciones de GNC, convirtió un parque automotor de 1.700.000 unidades, exhibe una industria que exportó a más de 60 países, generó en su momento una normativa que fue modelo para muchos otros países, desarrolló tecnología que es apreciada y utilizada en países del primer mundo y tiene una de las reservas de gas natural más grandes del mundo.
En realidad, en cuanto al uso del gas natural como combustible deberíamos ir empleando ya el término GNV (Gas Natural Vehicular) que incluye a ambos: al GNC (Gas Natural Comprimido) y al GNL (Gas Natural Licuado).
Con el GNV, no sólo ahorraríamos divisas gastadas en combustibles, podríamos de una vez acabar con la pesada carga de los subsidios al transporte público sin perjudicar a las empresas de ese sector.
En ese caso, ¿los estacioneros deberían invertir en surtidores de alto caudal?
Apenas se afiancen las iniciativas que ya comenzaron, algunas empresas fabricantes de vehículos a GNC, como Scania, Iveco, Agrale, y el sector público apoye como debería hacerlo, desde campañas promocionales, normativas claras y desburocratización de procedimientos, yo díría que es una inversión a la que la actividad los va a llevar inevitablemente.
¿La industria nacional tiene ese tipo de tecnología?
La industria argentina hace años que fabrica surtidores de alto caudal y los ha exportado a varios países del mundo. Países en los que los fabricantes argentinos de compresores y surtidores – Agira, Delta Compresión y Galileo Technologies – hemos diseñado, instalado y puesto en marcha estaciones de GNC para transporte público y pesado con nuestros productos.
Fuente: Surtidores - Argentina