EL DEBER
Cuatro amigos bromean en las afueras de una fábrica. Todos ríen y se molestan entre sí. El humor es una válvula de escape para estos hombres que buscan trabajo y no lo encuentran. “No hay mucho que hacer, solo queda esperar. Aunque sea 30 pesos vamos a hacer”, dice José Luis Valdés, un joven de 25 años, que es el más bromista del grupo.
Si bien las actividades se restablecieron en el Parque Industrial de Santa Cruz, las fábricas empezaron a trabajar a un ritmo lento y requieren de poca mano de obra eventual.
Lea la noticia