EL DEBER
A los tres años de malas campañas, la llegada de la pandemia del coronavirus fue el golpe de gracia para el sector agrícola de Santa Cruz. La paralización de actividades por la cuarentena mermó al sector, que, si bien tiene el aval de seguir trabajando, soporta dificultades logísticas y climáticas para entregar granos a las industrias. Ante este panorama poco alentador la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) y otras organizaciones plantearon una prórroga impositiva de hasta cinco años y el diferimiento de créditos de hasta 12 años.
A estas medidas, se sumó la propuesta de dar hasta dos años de gracia para el sector en sus obligaciones con las entidades financieras.
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