En enero, las compras de motorizados bajaron de $us 32,5 millones (en 2019) a $us 29,1 millones. El mal puso de rodillas al negocio en China. En Bolivia, las concesionarias garantizaron suministros de repuestos y autos
EL DEBER

Al otro lado de mundo, Wuhan se recupera de la peor crisis sanitaria. La ciudad china, considerada como el polo industrial del ‘gigante asiático’, levanta sus hospitales temporales y da de alta a los últimos enfermos de coronavirus.

Por meses fue el epicentro de la pandemia que mantiene en vilo a al mundo. La vida sigue, dice un refrán y así lo entienden autoridades chinas que suspendieron la cuarentena, lo que implica la reapertura de las fábricas automotrices, de diferentes marcas que hace años se asentaron en el lugar, atraídos por la mano de obra de bajo costos y otras facilidades, que convirtieron a la ciudad en el ‘Detroit chino’. Por eso la aparición del virus puso de rodillas al sector que sufrió pérdidas.

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