EL DEBER
El tsunami que significó la caída del precio internacional del petróleo, un 21,27% (Brent) y un 23,22% (WTI), sin dudas llegará al país afectando, en principio, al ingreso de divisas, al consumo interno y obligará al Estado a tener una conducta más austera en lo que respecta al gasto público. Las proyecciones no son alentadoras, la consultora internacional Goldman Sachs recortó sus pronósticos para el segundo y tercer trimestre a $us 30 por barril.
“El pronóstico para el mercado petrolero es aún más pesimista que en noviembre de 2014, cuando comenzó una guerra de precios similar, ya que se suma al colapso significativo de la demanda de petróleo debido al coronavirus”, dijo el analista Damien Courvalin de Goldman Sachs.
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