Tiene una cara serena y una apariencia neutral, ni vieja ni joven, ni masculina ni femenina.

Robots jugando al fútbol
BBC Mundo

En cierto templo budista de 400 años de antigüedad, los visitantes pueden pasear por tranquilos jardines de piedra, sentarse a tomar una taza de té y recibir enseñanzas del budismo de un inusual sacerdote: un robot llamado Mindar.

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