Experimentos, cámaras de gas, marchas de la muerte y otros horrores tuvieron lugar en el complejo de exterminio construido por los nazis en el sur de Polonia que recluyó a 1,3 millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial.
EL COMERCIO

“Era el infierno”, fue lo primero que pensó Hirsz Litmanowicz a los 8 años, cuando le tocó estar frente a la puerta del campo de exterminio de Auschwitz, construido por los nazis al sur de Polonia como parte de su maquinaria para liquidar a judíos, gitanos, polacos, homosexuales, enfermos mentales y prisioneros de guerra.

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