Era el año 1867 y un alto funcionario estadounidense era objeto de burlas despiadadas por una compra estrambótica que había autorizado con fondos públicos.
BBC Mundo
El 30 de marzo de ese año Estados Unidos acababa de pagar US$7,2 millones al gobierno imperial de Rusia por el territorio de Alaska, una inmensidad desolada que no parecía tener mayor utilidad económica.