El giro político que ayer se oficializó en Argentina encontró a Bolivia en una incertidumbre a la espera de las decisiones que asuma el nuevo presidente argentino, Alberto Fernández,
EL DEBER

respecto a la relación con La Paz. La canciller Karen Longaric confía en que el flamante mandatario del vecino país, de la misma línea ideológica de Evo Morales, sostenga las relaciones comerciales y diplomáticas con el Gobierno de Bolivia. Mientras que el Movimiento Al Socialismo (MAS) aplaudió el retorno de la izquierda a la Casa Rosada.

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