Un grupo de personas que viajaron de Santa Cruz y cientos de jóvenes de La Paz llegaron para apoyar a Fernando Camacho. Pero salir fue un verdadero ‘infierno’.
EL DEBER

Héctor Montero sintió el frío tormentoso de la inseguridad la noche del miércoles 6 de octubre. Él era una de los cientos de personas que llegaron desde Santa Cruz y de la ciudad de La Paz (muchos universitarios) para arropar al líder cívico cruceño, Luis Fernando Camacho, que había anunciado su arribo para entregar al presidente Evo Morales su carta de renuncia al sillón del poder.

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