Fuente: Total News
"No tiene posibilidades de desarrollarse si cambiaran las reglas de juego porque hay que invertir y sin rentabilidad no existe".
La advertencia respondió al trabajo titulado que se llevó Alberto Fernández de una reunión con la dirigencia del PJ y que desarrolla un extenso conjunto de propuestas sobre economía, trabajo, agro, energía, etc. El rubro energía tiene un particular interés a partir de la idea de que el desarrollo del yacimiento de gas y shale oil de Vaca Muerta se presenta como , conseguir dólares y, por tanto, crear condiciones para que la Argentina pueda en el que está desde hace nueve años. Expertos en el mercado petrolero sostienen que "Vaca Muerta puede exportar que equivalen a al año, con lo que el cepo cambiario no tendría razón de existir". Pero, según los técnicos, para hacer crecer las exportaciones, se requieren a lo largo de los próximos diez años.
En ese punto es que la admonición de Arriazu cobra proyección: ninguna empresa —y en Vaca Muerta juegan las grandes— estará dispuesta a invertir con fuerza sin dos condiciones: precios internacionales y posibilidad de girar sus utilidades. Eso ya lo demostró el contrato con que firmó el gobierno de y que sigue vigente. El tema gana en sensibilidad a partir de una postura central del documento del PJ que afirma lo siguiente: "Nuestro país . No hay motivo por el que los consumidores deban pagar el mismo valor que se paga en países que . Por ello, los eventuales no pueden ser trasladados automáticamente al consumidor". Con esa base, el PJ propone por cien días y, en ese término, crear una " que deberá establecer el costo real de producción de transporte de gas y electricidad". Tanto el candidato del Frente de Todos como su entorno adelantaron la de las tarifas en el caso de llegar al Gobierno y eso no sorprende. Lo que todavía no está claro es entre precios de la energía que justifiquen las inversiones y las decisiones políticas de adecuar las tarifas a los bolsillos de los usuarios. El país tiene una larga experiencia en vender bienes y servicios a la medida del sin considerar las variaciones que los precios de esos bienes y servicios puedan tener en el mercado internacional. La clave está en quién financia la diferencia.
Pero los mensajes son contradictorios y entre el millón de dudas está la de si se trata de de campaña para lo que algunos dirigentes denominan "la gilada", de desconocimiento de la actividad o de convicciones profundas. En ese sentido, y a dos semanas de la primera vuelta electoral, el ganador de las PASO comenzó a perfilar su posible estrategia negociadora en caso de llegar al Gobierno al decir en AM530: "No sé qué va a pedir el FMI. La Argentina lo que necesita es recuperar la economía. Ya el ajuste que hizo Macri fue magnífico. Fíjense hasta dónde llegó que ya ni vacunas tenemos". Fernández se alista para negociar la deuda (en 2020 el país necesita US$30.000 millones en partes iguales entre dólares y pesos para cumplir con sus compromisos) en caso de ganar. Pero antes anunciaría un como puntapié inicial en un intento de recuperación del consumo. Sobre eso se edificaría un acuerdo de precios y salarios por algún tiempo para tratar de quebrar la inercia de una inflación que se presenta, gane quien gane las elecciones.
La advertencia respondió al trabajo titulado que se llevó Alberto Fernández de una reunión con la dirigencia del PJ y que desarrolla un extenso conjunto de propuestas sobre economía, trabajo, agro, energía, etc. El rubro energía tiene un particular interés a partir de la idea de que el desarrollo del yacimiento de gas y shale oil de Vaca Muerta se presenta como , conseguir dólares y, por tanto, crear condiciones para que la Argentina pueda en el que está desde hace nueve años. Expertos en el mercado petrolero sostienen que "Vaca Muerta puede exportar que equivalen a al año, con lo que el cepo cambiario no tendría razón de existir". Pero, según los técnicos, para hacer crecer las exportaciones, se requieren a lo largo de los próximos diez años.
En ese punto es que la admonición de Arriazu cobra proyección: ninguna empresa —y en Vaca Muerta juegan las grandes— estará dispuesta a invertir con fuerza sin dos condiciones: precios internacionales y posibilidad de girar sus utilidades. Eso ya lo demostró el contrato con que firmó el gobierno de y que sigue vigente. El tema gana en sensibilidad a partir de una postura central del documento del PJ que afirma lo siguiente: "Nuestro país . No hay motivo por el que los consumidores deban pagar el mismo valor que se paga en países que . Por ello, los eventuales no pueden ser trasladados automáticamente al consumidor". Con esa base, el PJ propone por cien días y, en ese término, crear una " que deberá establecer el costo real de producción de transporte de gas y electricidad". Tanto el candidato del Frente de Todos como su entorno adelantaron la de las tarifas en el caso de llegar al Gobierno y eso no sorprende. Lo que todavía no está claro es entre precios de la energía que justifiquen las inversiones y las decisiones políticas de adecuar las tarifas a los bolsillos de los usuarios. El país tiene una larga experiencia en vender bienes y servicios a la medida del sin considerar las variaciones que los precios de esos bienes y servicios puedan tener en el mercado internacional. La clave está en quién financia la diferencia.
Pero los mensajes son contradictorios y entre el millón de dudas está la de si se trata de de campaña para lo que algunos dirigentes denominan "la gilada", de desconocimiento de la actividad o de convicciones profundas. En ese sentido, y a dos semanas de la primera vuelta electoral, el ganador de las PASO comenzó a perfilar su posible estrategia negociadora en caso de llegar al Gobierno al decir en AM530: "No sé qué va a pedir el FMI. La Argentina lo que necesita es recuperar la economía. Ya el ajuste que hizo Macri fue magnífico. Fíjense hasta dónde llegó que ya ni vacunas tenemos". Fernández se alista para negociar la deuda (en 2020 el país necesita US$30.000 millones en partes iguales entre dólares y pesos para cumplir con sus compromisos) en caso de ganar. Pero antes anunciaría un como puntapié inicial en un intento de recuperación del consumo. Sobre eso se edificaría un acuerdo de precios y salarios por algún tiempo para tratar de quebrar la inercia de una inflación que se presenta, gane quien gane las elecciones.