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La huelga de empleados de General Motors empieza a afectar a las plantas que la multinacional automovilísticas estadounidense opera en México. El paro, que acaba de entrar en su tercera semana, va a forzar al fabricante a suspender la producción en la fábrica en Silao, en el Estado de Guanajuato. Eso implica que 6.000 empleados tendrán que ser despedidos con carácter temporal.
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