EL DEBER
Como un año duro. Con esas palabras se puede resumir el 2019, para el sector agrícola. Una gestión marcada por los embates del clima, el fuego y los precios bajos en el mercado global, factores que han puesto contra las cuerdas al sector y sus actores, en especial a los pequeños productores que, endeudados, se ven en apuros a la hora de obtener financiamiento para seguir a flote.
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