Perspectivas. El 2019 es un año gris para el sector productivo. El rendimiento de los cultivos, como el trigo y la soya, cayeron un 40%. Los productores se quedaron sin capital.
EL DEBER

Como un año duro. Con esas palabras se puede resumir el 2019, para el sector agrícola. Una gestión marcada por los embates del clima, el fuego y los precios bajos en el mercado global, factores que han puesto contra las cuerdas al sector y sus actores, en especial a los pequeños productores que, endeudados, se ven en apuros a la hora de obtener financiamiento para seguir a flote.

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