Estrategia podría ajustarse para reflejar las tendencias del mercado y una mayor asequibilidad de las energías renovables.
TNS LATAM 
  
La crisis financiera argentina presenta una oportunidad para repensar su plan energético nacional, que depende excesivamente de las reservas no convencionales (fracking) de petróleo y gas en Vaca Muerta, Patagonia, según un informe publicado hoy por el Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA).
 
La nota informativa “El lado positivo en la crisis financiera argentina, una oportunidad para repensar su Plan Energético,” señala que Argentina podría utilizar con mayor prudencia sus activos de petróleo y gas con un cambio hacia el mercados extranjeros.
 
Las perspectivas de ingresos de las exportaciones de gas se vuelven aún más remotas.
 
“El plan energético actual espera que las abundantes reservas de petróleo y gas de Vaca Muerta se conviertan en energía a precios bajos, empleos para Argentina y dólares o pesos. Los beneficios no son ni automáticos ni gratuitos”, dijo Tom Sanzillo, director de Finanzas de la IEEFA y coautor de la nota informativa. “Los precios mundiales del petróleo y el gas son bajos, los mercados globales débiles, los socios extranjeros retroceden, los costos de producción altos, la economía y la política argentinas son inestables. El activo Vaca Muerta corre el riesgo de convertirse en un pasivo argentino.”
 
En cambio, los encargados de formular políticas harían bien en centrarse más en el desarrollo de sus recursos de petróleo y gas, así como en abundante energía eólica y solar, a fin de beneficiar a los consumidores y las empresas en Argentina.
 
“Los recursos energéticos de Vaca Muerta por sí solos no pueden reactivar la economía argentina, pero son activos importantes en el desarrollo de un plan energético equilibrado que incluye abundantes recursos eólicos y solares,” dijo Kathy Hipple, analista financiera y coautora de la nota informativa del IEEFA.
 
El plan energético de Argentina 2018 preveía duplicar la producción de gas natural y petróleo en un plazo de cinco años. El objetivo era producir petróleo y gas a niveles que satisfagan las necesidades internas de la Argentina y permitan una expansión de las ventas de exportación. Los beneficios de las exportaciones podrían utilizarse entonces para mejorar la economía argentina y crear empleos y estabilidad fiscal.
 
El plan se queda corto, sin embargo, de varias formas importantes, entre ellas que:
 
El fracking no es un negocio financieramente viable. El caso del negocio del fracking no está probado después de una década de experiencia en los Estados Unidos, el único lugar donde se ha ejecutado a escala y las empresas de exploración y producción (E&P) se han enfrentado a una oleada de bancarrotas después de una década de flujos de efectivo negativos. La producción argentina de gas ha sido sustancialmente inferior a la La producción de gas natural y petróleo ha estado significativamente por debajo del plan hasta mediados de 2019, con un crecimiento de aproximadamente el 5% anual, cuando el plan requiere un crecimiento anual del 14-15%. Las subvenciones gubernamentales han apoyado a empresas extranjeras que no han entregado beneficios a la Argentina. El reciente intento de subsidiar la producción de gas natural con subsidios gubernamentales ha demostrado ser inasequible e ineficaz. Los subsidios también revelaron que el mayor inversionista en Vaca Muerta ha sido el propio gobierno de Argentina, no sus socios extranjeros. La exportación de gas natural y petróleo requerirá importantes proyectos de infraestructura financiados por el gobierno. El desarrollo de las reservas de petróleo y gas de Vaca Muerta y el apoyo a un mercado de exportación requerirán aproximadamente 50.000 millones de dólares. En este momento, no hay dinero para apoyar dicha expansión. Las energías renovables son deflacionarias, lo que ayudará a compensar la inflación desenfrenada de Argentina. Incluso antes de la última crisis financiera, la tasa de inflación de Argentina en julio era superior al 50%. Un plan energético que promueva las energías renovables y el uso prudente de los activos de petróleo y gas reducirá las presiones inflacionarias en el sector energético. Una vez construida, la energía renovable no tiene costo de “El plan argentino espera que su producción de petróleo y gas lo convierta en un actor global en un mercado que está abarrotado de productores grandes, establecidos y poderosos, durante un tiempo peligroso para la financiación energética,” dijo Sanzillo, añadiendo que “un plan demasiado ambicioso muestra un malentendido de los mercados mundiales de petróleo y gas. Y el desempeño incipiente es evidencia de desorden.”
 
“Un aspecto positivo de la crisis financiera es que Argentina puede revisar su plan de energía”, dijo Hipple. “Ahora tiene la oportunidad de cambiar de rumbo y apuntar hacia políticas energéticas más equilibradas que serían un depósito inicial para la recuperación económica del país.”